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FRENTE A LA COSTA DE LIBIA

Una flotilla de dignidad

Varias oenegés operan frente a costas libias en un esfuerzo por reducir la mortalidad en el Mediterráneo. El depliegue de la UE coopera en las labores de rescate al tiempo que controla el flujo migratorio

Un centenar de inmigrantes apiñados en una lancha neumática en las costas de Libia, este miércoles.-JAVIER TRIANA

Publicado por
JAVIER TRIANA
Burgos

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Los cuatro puntos cardinales apuntan a un azul intenso e inmenso. Inabarcable. El 'Astral', un velero renovado y con la tripulación profesional de la oenegé Proactiva Open Arms (POA), ha tardado 20 horas en recorrer las 200 millas de ese mar enorme que separan el puerto de Valletta, en Malta, de las aguas internacionales frente a las costas de Libia. Una surrealista travesía en la que los refugiados se embarcan, en rumbo inverso y a la desesperada, en las playas libias, hacinados en pateras de madera o lanchas hinchables, sin conocimiento alguno sobre el mar y sus riesgos, sin equipo de salvamento y sin víveres.Es harto improbable que ninguna expedición de tales características llegue a tierra europea a salvo. La prueba: solo en lo que va de 2016, al menos 2.742 personas han muerto en su intento por conectar el norte de África con el sur de Europa por mar, según cifras de la Organización Internacional para la Migración (OIM).Y el número podría ser mucho mayor, de no ser por la flotilla humanitaria desplegada para la búsqueda y rescate de inmigrantes en una zona del Mediterráneo que quizá sea el mayor punto negro del mundo. Mientras que la onegé de Badalona Proactiva  inició sus operaciones en ese área el pasado mes de julio, otras organizaciones como la alemana Sea Watch, la maltesa MOAS o la omnipresente Médicos Sin Fronteras (MSF) lo patrullan desde hace más tiempo en busca de cayucos que rescatar. Un esfuerzo al que contribuyen distintos buques de países miembro de la Unión Europea y la Guardia Costera italiana. Los ejercicios de éstos últimos sirven, además, para controlar el flujo de entrada de inmigrantes, cuya denegación de estatus de refugiado y deportación es habitual, según fuentes de la OIM.África subsaharianaLas nacionalidades de la mayoría de los que optan por tratar de entrar en la UE por esta ruta proceden de países del África subsahariana. Este viaje suele incluir el cruce del desierto del Sáhara en camión, a través de Níger, y estancias de hasta meses en Libia en condiciones deplorables, encarcelados o en situación de semi-esclavitud. “Encontramos muchos casos de golpes y quemaduras por el combustible de la patera”, afirma Hayley Morgan, responsable de prensa de MSF en el 'Dignity' , uno de los barcos de esta oenegé en el Mediterráneo"Pero lo más habitual son casos de estrés y fatiga, derivados de la dureza extrema del viaje”, apunta Morgan. En el interior de la citada nave hay un centro médico que ha atendido a más de 5.000 personas en el 2016. En cooperación con la oenegé SOS Mediterranée, MSF también opera en el 'Aquarius', un buque de 77 metros de eslora con 31 tripulantes a bordo y que, al igual que el 'Dignity', los buques de MOAS o los de los guardacostas italianos, sirve de “autobús”: los refugiados rescatados en el mar suelen ser trasladados a estos barcos para después ser desembarcados en Italia.A estos esfuerzos se les suman los de las organizaciones como Iuventa o Sea Watch. Al igual que POA, estos últimos estrenan barco de rescate este año y tienen operaciones también la otra fosa común del Mar Mediterráneo: el Egeo. Todos estos dispositivos de rescate constituyen una alternativa firme de la sociedad civil ante una comunidad internacional que responde de manera muy cuestionable a la mayor crisis migratoria desde la segunda guerra mundial