VUELCO EN EEUU
Los 'trolls' llegan a la Casa Blanca
La llamada derecha alternativa formará parte de la futura Administración de Donald Trump
Durante algunos años nadie les prestó demasiada atención. Era una subcultura vociferante y relegada a las catacumbas de internet, un cajón de sastre donde cabían desde supremacistas blancos a simpatizantes del autoritarismo de Vladimir Putin, desde islamófobos y detractores de la globalización a machos agraviados por el feminismo. El inocente dibujo de la Rana Pepe se convirtió en uno de sus símbolos para la provocación en las redes, donde han hecho de los memes su arma predilecta para fustigar a la “corrección política”. No hay límites. Unos días se mofan del Holocausto, otros humillan a las víctimas del conflicto sirio. “Hey, vamos a empezar la tercera guerra mundial por este jodido niño”, escribió Richard Spencer junto a aquella foto terrible del chaval cubierto de sangre y polvo que dio la vuelta al mundo.Treintañero y licenciado por la Universidad de Virginia, siempre impecablemente vestido, fue Spencer quien le puso nombre a este movimiento en 2008. Lo bautizó como la derecha alternativa o‘Alt Right’ en inglés, una corriente en las márgenes del pensamiento conservador que ha reciclado viejas ideas para empaquetarlas en un envoltorio nuevo. Esa derecha alternativa siente la victoria de Donald Trump como una victoria suya. Sus webs se erigieron durante la campaña en sus más fervientes defensores, llegando a saludar al candidato como su "emperador divino". El magnate les hizo sentirse reivindicados con su rechazo a la inmigración, la demonización de los musulmanes, el lenguaje misógino o los llamamientos a defender la civilización occidental.
"YO LE AMO"“Lo más importante de Trump no son sus políticas sino la emoción que generan. Él ha despertado el sentimiento de ‘nosotros’, un sentimiento nacionalista entre la gente blanca. Yo le amo”, le dijo Spencer a 'The Nation' hace unos meses. Lejos de separarse de su toxicidad tras ganar las elecciones, Trump ha optado por llevarlos directamente a la Casa Blanca nombrando a Steve Bannon como su “estratega jefe”. El ex banquero de Goldman Sachs y arquitecto de su campaña durante muchos meses dirige Breitbart, un portal de información que él mismo definió como la "plataforma de la derecha alternativa".El "Pravda de Trump", como lo calificó uno de sus editores tras abandonar la publicación, se lee como un espejo magnificado del pensamiento del próximo presidente de Estados Unidos. Ahí están el rechazo al multiculturalismo y el libre comercio, los afroamericanos como agentes del caos o las siniestras teorías que presentan a las instituciones internacionales, las élites y los poderes financieros como avanzadilla de una conspiración "globalista" que pretende subyugar a los pueblos imponiendo un gobierno mundial. Ya se sabe que Trump nunca le ha hecho ascos a una buena conspiración y, tras ganar las elecciones, llamó para dar las gracias a Alex Jones, el locutor radiofónico de Infowars y posiblemente el más influyente de los apóstoles de la conspiración en EEUU."LA ULTRADERECHA DE SIEMPRE""La derecha alternativa es la vieja ultraderecha de siempre, la diferencia es que visten mejor que el Ku Kux Klan", dice en una entrevista Chip Berlet, un veterano investigador de los movimientos radicales. No es la única. Sus líderes tienden a ser jóvenes, cultos y con pretensiones intelectuales. “Es un movimiento nacido de las lindes juveniles, subversivas y ‘underground’ de internet”, escribieron en marzo Milo Yiannopoulos y Allum Bokhari en Breitbart en una “guía” para explicarle la derecha alternativa a los republicanos del ‘establishment’. Algunos de sus líderes vienen de la cultura de los videojuegos y, en sus inicios, hicieron de los foros 4chan y 8chan sus puntos de encuentro.Su crítica a la izquierda solo es comparable con el desprecio que muestran por los conservadores del establishment, a los que acusan de acobardarse cada vez que los medios les pone la etiqueta de racistas, xenófobos o misóginos. “Les importa más el libre mercado que preservar la cultura occidental y se contentan con ponerla en peligro a través de la inmigración masiva siempre que sirva a sus intereses económicos”, escriben los autores de la guía. Aunque niegan que la derecha alternativa sea racista, reconocen que se opone a la plena integración racial. “Creen que tiene que algún grado de separación entre los pueblos es necesario para poder preservar la cultura”, añaden."ESTALINISMO CORPORATIVO"Esa coctelera de ingredientes, unida a su tendencia constante a la provocación y el acoso el que le dispensaron a la actriz negra Leslie Jones en las redes sociales, ha llevado a Twitter a cerrar esta semana numerosas cuentas de la derecha alternativa.“Esto es estalinismo corporativo", dijo Richard Spencer después de que su cuenta fuera cancelada. “Twitter está tratando de borrar la existencia de la derecha alternativa. Está claro que tienen miedo. Fracasarán”. Y tiene razón porque, como él mismo reconoció en otra entrevista, Trump ha normalizado a esta derecha racista de nuevo cuño, haciéndola parte del ‘mainstream’ y dándole una butaca preferente en el salón de mando de su futura Casa Blanca.