LA ENCRUCIJADA DEL REINO UNIDO
Merkel da 30 días a Johnson para que encuentre alternativas a un brexit duro
La cancillera se muestra optimista y estudiará otras vías que eviten la necesidad de aplicar la cláusula que mantiene a Irlanda del Norte en la unión aduanera, escollo de la negociación
En sus días de vacaciones, Angela Merkel fue vista reposando y leyendo atentamente. Aunque aparentemente mundana, la imagen tenía un significado particular. Entre sus manos, la cancillera alemana sostenía Tyrant, un ensayo que disecciona las reflexiones que William Shakespeare imprimió en su obra a través de sus personajes tiránicos. En él, el historiador literario Stephen Greenblatt relaciona a esos demagogos con mandatarios de la actualidad como Donald Trump.Más allá del reto que supone el presidente estadounidense, muchos vieron en la lectura de verano de la cancillera un entrenamiento psicológico para lidiar con otros controvertidos dirigentes. Es el caso de Boris Johnson, recién elegido primer ministro británico, que este miércoles se ha reunido con Merkel en Berlín para discutir sobre el brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).DISCORDIA POR IRLANDAAunque tan solo quedan 71 días para que el adiós británico se materialice, las posiciones en ambos lados del Canal de la Mancha siguen lejos de llegar a un acuerdo. Ejerciendo de 'poli buena, Merkel ha asegurado que quizás se puede llegar a una solución in extremis con Londres que evite la necesidad de aplicar la cláusula de salvaguarda, algo que permitiría a Irlanda del Norte (territorio británico que saldrá de la UE) seguir dentro de la unión aduanera de forma temporal.Consciente de que es uno de los principales escollos de la negociación, la cancillera ha dado 30 días a su homólogo para que encuentre fórmulas alternativas que satisfagan a Bruselas, una vía que a todas luces parece quimérica. Merkel ha dicho que considerará esas opciones, pero la UE ya ha dejado claro que a pesar de la discordia no hay alternativas a la cláusula.Bruselas defiende el acuerdo al que llegaron con la anterior premier Theresa May y que incluye esta cláusula; Londres quiere un nuevo pacto que la descarte aunque de momento no ha detallado cual sería esa hipotética alternativa.Este punto, conocido técnicamente como backstop, pretende evitar una frontera dura entre el reino y la República de Irlanda y se ha convertido en la primera batalla de una guerra negociadora en la que ninguna de las partes quiere ceder. Férreo opositor del acuerdo que alcanzó su antigua jefa, Johnson lidera ahora la negativa a los 27. El lunes ya mandó una carta a los líderes europeos asegurando que esa resolución es antidemocrática y que ya ha sido rechazada en hasta tres ocasiones en la Cámara de los Comunes.NEGATIVA ALEMANADesde el número 10 de Downing Street veían el primer encuentro entre ambos líderes como una oportunidad para sacar pecho y fijar una posición de fuerza. Johnson ha insistido en que el próximo 31 de octubre el Reino Unido abandonará la UE haya o no un acuerdo final con Bruselas. Berlín quiere acuerdo, pero, según Merkel, está preparado para un brexit duro.Pocas horas antes del encuentro el entorno de la cancillera y de la Comisión Europea advertía de que no se darían concesiones a Londres. Seguimos teniendo una posición única y unida sobre el brexit, ha remarcado la portavoz comunitaria, Natasha Bertaud. Y así ha sido. A pesar de la negativa de los 27 a una renegociación, el tiempo apremia y si se llega a noviembre sin un acuerdo eso significará la no aplicación del backstop.Tras visitar Berlín, el primer ministro conservador viajará este jueves a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, un encuentro que tampoco se prevé fructífero.A LA ESPERA DEL G-7La visita a Berlín, que también ha supuesto el primer viaje al extranjero de Johnson desde que relevó a Theresa May como premier británico, llega tres días antes de que los mandatarios se reencuentren en la cumbre del G-7 que se celebrará del 24 al 26 de agosto en Biarritz, Francia.Tras regresar de sus vacaciones, Merkel se reunió este lunes con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. A pesar de que mantienen una tensa relación, ambos mandatarios se mostraron de acuerdo con reforzar la vigilancia en las fronteras exteriores de la UE para evitar la llegada de inmigrantes así como mejorar la situación de los países de origen. No obstante, Berlín y Budapest aún están muy lejos de consensuar un acuerdo migratorio.