ELECCIONES EN UN PAÍS EUROPEO
La burbuja inmobiliaria tras el "milagro" portugués
Las inversiones extranjeras en inmuebles han disparado el precio de la vivienda. El turismo ha transformado a las ciudades pero ha expulsado a sus habitantes
A Madonna le han visto cantar fados con la hermana de Amália Rodrigues en la Alfama, no lejos de donde residen la actriz Monica Bellucci o el actor John Malkovich, algunas de las celebrities que han fijado su residencia en el país de moda, junto con otros inversores extranjeros atraídos por suculentos caramelos fiscales del Gobierno. Una política que junto al fuerte empuje del turismo ha transformado la fisonomía de ciudades como Lisboa u Oporto pero está hinchando una burbuja inmobiliaria y expulsando a los portugueses de este mercado ante una fuerte subida de los precios en un lugar donde los salarios siguen siendo muy bajos.Desde la Asociación Morar em Liboa (Vivir en Lisboa), que agrupa a 15 plataformas ciudadanas, denuncian que Portugal se haya transformado en un "paraíso fiscal" para los extranjeros, gracias a las llamadas visas oro (permisos de residencia gracias a una inversión inmobiliaria de medio millón de euros) que han dejado 3.400 millones a las arcas del estado desde el 2012- y a las desgravaciones para profesionales y jubilados que se instalen en el país, una medida que ha atraído a un gran número de franceses, chinos y brasileños.Una portuguesa entre francesesDa fe de ello Margarida, que volvió a Lisboa hace tres años después de residir otros tres en Macao. Descartado instalarse en su Chiado de siempre por la invasión turística, buscó refugio, de alquiler, en la moderna pero céntrica zona de Marqués de Pombal. Es la única inquilina portuguesa en un edificio habitado por franceses. Ahora busca un piso para comprar y sabe que se va a tener que alejar al segundo cinturón de la ciudad."No está mal, allí por lo menos estaré con portugueses", afirma, consciente además de que tiene un sueldo bastante superior al de la media. No lejos de donde vive ella, junto a la estación de metro de Saldanha, una inmobiliaria exhibe su piso más barato en la zona: 700.000 euros por 100 metros cuadrados.Desde el 2013, el precio de la vivienda se ha disparado la capital un 46%.El Gobierno trata de tomar medidas pero no ha frenado las licencias para Alojamiento Turístico, que desde 2014 han pasado de 4.000 a 85.000. Sí ha creado un programa para ofrecer alquileres más bajos que el mercado pero de adscripción voluntaria de los propietarios.Y mientras, la burbuja sigue creciendo pero a diferencia de la que estalló en España, no es el crédito doméstico el que la hincha, sino los inversores extranjeros.