EL MOLINO DE SEDANO
Comer a maquila en Sedano
Este restaurante ubicado en la comarca burgalesa de Las Merindades tiene su inspiración en Miguel Delibes
El molino de Sedano está en el pueblo del mismo nombre que pertenece al municipio de Valle de Sedano, en la comarca de los páramos burgaleses rayando con Las Merindades. Pero Sedano, además de ser un territorio natural de excepcional valor, es un lugar delibiano por antonomasia. El escenario de esta población burgalesa y sus entornos fue durante muchos años frecuentados por el escritor Miguel Delibes. Su familia conserva la casa de verano y frecuenta la población. Un Centro Cultural que lleva el nombre del Premio Cervantes ilustra al viajero sobre la huella del novelista y los valores naturales de la zona.María Morales estudió en el Centro Superior de Hostelería de Galicia, en Santiago de Compostela. Desciende de Sedano y nunca imaginó que algún día dirigiría un restaurante en su pueblo. Hace seis meses que está al frente del pequeño establecimiento rural que responde literalmente a su razón social, pues en 2001 se adaptó el viejo molino para convertirlo en un establecimiento hostelero, lo que permitió que se conservara prácticamente su estructura interna como la dejo Antonio de la Iglesia, el último molinero, en 1975. Y estas dos historias, según María, son las más recurrentes cuando toma comanda en el comedor.Los comensales preguntan por Delibes y por el molino. Dos buenas razones para decidirse a llevar el pequeño mesón. María, como profesional, sabe de las dificultades de encontrar personal en cocina y en sala, pero, a pesar de esto y con el sacrificio que ello implica, María abre a diario el mesón y el bar y nadie se va sin comer. Menús del día por 12 o 13 euros, con varios platos a elegir. Rabo de toro, carrileras, guisos y cocidos no faltan en la carta, ni tampoco carnes rojas, ni bacalao, ni la morcilla local que elabora Nacho, el carnicero.Vinos de Ribera de Duero, Rueda y Rioja. Un pequeño restaurante donde aterrizar para quien guste merodear por los cañones de Ebro, las Loras del páramo burgalés y el territorio de Delibes. Y comer caliente en un frio día burgalés. Una cocina de maquila, pues a cambio de sentarse en su mesa te habla de harinas y del señor Cayo, cuya inspiración delibiana tuvo lugar en este espacio burgalés.