ALTA SIERRA DE PINARES
Bosques, cascadas y leyendas
Una comarca de una riqueza paisajística singular, leyendas ancestrales y rincones pintorescos que sorprenden al visitante por su gran belleza todo el año
Enclavada en el sureste de la provincia de Burgos, entre las provincias de Soria y La Rioja, se encuentra uno de los entornos naturales más impresionantes de la provincia de Burgos, la Mancomunidad Alta Sierra de Pinares. Un sinfín de rutas se adentran entre pinos, lagunas, manantiales y lugares propios de leyendas y cuentos, que caracterizan a sus 7 municipios.
Históricamente esta área de la Sierra de la Demanda ha sido uno de los motores de la economía rural de la provincia de Burgos por la explotación de madera y sus derivados, así como por sus canteras de piedra natural. Ahora esta mancomunidad intenta sobrevivir a la despoblación y busca en el turismo uno de sus principales aliados, apostando por la sostenibilidad como principal seña de identidad y con sus magníficos y extensos bosques como núcleo indiscutible.
Para llegar desde Burgos hay que tomar la A-1 y desviarse hacia la N-234 en dirección a Soria. Allí se recorren 47 kilómetros hasta llegar a Salas de los Infantes, tradicionalmente el centro neurálgico de la zona burgalesa de Pinares, para tomar la CL-117. Nada más salir del municipio salense, encontramos el primer pueblo de la mancomunidad, Castrillo de la Reina, seguido de Palacios de la Sierra, Vilviestre del Pinar, Quintanar de la Sierra, Canicosa de la Sierra y Regumiel de la Sierra. El último de los pueblos de Alta Sierra de Pinares es Neila, para el que hay que tomar un desvío desde Quintanar por la BU-822.
Si el viajero llega desde Soria hay dos opciones, recorrer la N-234 hasta Abejar donde se tomaría la CL-117 hasta Regumiel de la Sierra, un camino por el que se cruza el embalse de Cuerda del Pozo y que pasa por pueblos sorianos también dignos de visita como Salduero, Covaleda o Duruelo de la Sierra. La segunda alternativa es continuar por la misma N-234 hasta Navaleno y allí tomar la BU-V-8511 hasta Canicosa de la Sierra.
Aunque hay un sinfín de rutas para que el amante de la naturaleza se deleite con la gran riqueza de fauna y flora, uno de los rincones más conocidos y visitados de la mancomunidad es el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, 7 lagunas de origen glaciar que son uno de los principales emblemas de la comarca y sin duda una visita obligatoria en cualquier época del año.
Precisamente María José Santamaría, una de las responsables de la empresa Dettur, especializada en el desarrollo de oficinas turísticas virtuales para pequeños municipios y radicada en Quintanar de la Sierra, destaca que este es uno de los destinos más concurridos durante finales de otoño e invierno por la posibilidad de llegar hasta el mismo aparcamiento de Peña Aguda, situado a pocos metros de las lagunas más extensas, sin encontrar nieve y por el atractivo de pisar las lagunas heladas. Aunque puntualiza, ‘siempre con precaución’.
Para llegar hasta allí, hay que circular por la carretera que une el pueblo de Neila y Quintanar de la Sierra y tomar el desvío señalizado para ello. Después de 4 kilómetros por una pista forestal bien asfaltada y rodeada de un frondoso bosque de pinos albar y hayas, se llega a las lagunas altas y al aparcamiento situado junto al impresionante mirador de San Francisco. Para preservar el entorno y controlar las visitas que llegan a este paraje, en los meses de verano más concurridos, se restringe el tráfico rodado y es obligatorio dejar los vehículos en el aparcamiento que hay a kilómetro y medio del final de la carretera. Allí se encuentra una caseta de información desde la que parte un autobús lanzadera que llegan hasta Peña Aguda.
A partir de ahí, hay multitud de posibilidades para recorrer este paraje de singular belleza. Tal vez la más conocida y sencilla es la ruta que parte del propio aparcamiento y circula por la Laguna Larga hasta la Laguna Negra. Sus impresionantes vistas desde la parte más alta, el alto de Campiña, son dignas de pausa y deleite para el visitante y el trayecto de unos dos kilómetros (solo de ida) se puede convertir en una mañana.
Precisamente otra opción que destaca María José Santamaría, es la ruta circular Camiña-Lagunas en la que se asciende hasta los 2049 m. con un desnivel de unos 400m. Este recorrido tiene unos nueve kilómetros y está bien señalizado. Si se escoge la opción de recorrerlo desde la parte más cercana al aparcamiento, desde el hito que está al final de la parte con más desnivel, se encuentran las mejores vistas del Parque Natural. Si en cambio se sube por la parte que menos inclinación tiene, hay que rodear la Laguna Negra y ascender por el camino que está marcado por pequeños montoncitos de piedras. ‘Las vistas desde allí también son muy bonitas, pero impresionan más desde el otro acceso’, puntualiza la responsable de Dettur.
Desde el mismo punto de partida, si se opta por el camino de la izquierda, se acceden a otras dos lagunas más pequeñas, pero no por ello menos espectaculares, la de Los Patos y la Brava. En el camino para llegar hasta ellas se encuentra un antiguo refugio de pescadores que se ha rehabilitado y donde se puede hacer noche de manera gratuita pidiendo permiso en el Ayuntamiento de Neila. El camino es de poco menos de dos kilómetros y sus características son un poco menos uniformes que la ruta de las Lagunas Larga y Negra, pero sin que por ello haya una dificultad extrema para visitarlas.
Tal vez una la ruta menos concurrida y que pasa más desapercibida para aquellos que no conocen bien la zona es la que lleva a la Laguna de la Cascada. Este paraje está situado en un nivel inferior que las anteriores y el punto de partida para llegar a él está en el aparcamiento inferior. Este hermoso camino trascurre entre enormes pinos y en poco más de dos kilómetros se llega a la laguna que, como su propio nombre indica, tiene una bonita cascada. Allí también se encuentra un refugio que, pese haber sido rehabilitado, los visitantes no terminan de tratarlo de la manera adecuada y es complicado utilizarlo.
Para que el visitante no se pierda el más mínimo detalle de este singular paraje, es muy recomendable visitar el propio pueblo de Neila y acercarse a la Casa del Parque ubicada en una bonita iglesia del s. XI dedicada a San Miguel y en la que se pueden encontrar las inscripciones románicas más antiguas de Burgos.
Otra de las rutas más conocidas de la zona es la de Las Calderas y por la que se puede acceder desde las propias Lagunas de Neila o desde Palacios de la Sierra. Aunque tiene cierta complejidad y requiere un esfuerzo mayor que las anteriores, incluso puede llegar a ser peligrosa si se quiere acceder a las calderas más profundas, bien es cierto que merece la pena disfrutar de un paisaje singular lleno de cascadas y piscinas naturales en las que darse un chapuzón en los días más calurosos.
También entre Quintanar de la Sierra y Neila se encuentra un lugar en el que merece hacer un alto en el camino y disfrutar de una buena merienda, Sanza o Fuente Sanza, lugar en el que nace el río Arlanza. Antes de llegar a este paraje y no muy lejos de allí, otro sendero conduce a la Cascada del Chorlón que en invierno incluso se puede visitar helada.
Además de la naturaleza, otro de los atractivos de Alta Sierra de Pinares es su historia a través de sus numerosos yacimientos arqueológicos. En toda la comarca burgalesa de Pinares, y especialmente en esta mancomunidad, existen Necrópolis de mayor o menor entidad que hacen que el viajero pueda conocer un poco más de la vida y la muerte en épocas pasadas. Para ello en Palacios de la Sierra se ubica el Centro de Interpretación Necrópolis del Alto Arlanza (www.necropolisaltoarlanza.es), ya que en esta localidad se ubica el yacimiento de El Castillo, uno de los más extensos e importantes de la zona.
Al hilo es visita imprescindible recorrer Cuyacabras en Quintanar de la Sierra donde se encuentra una necrópolis compuesta por más de 185 tumbas datadas excavadas en la roca y que es considerado el yacimiento funerario medieval más importante de la península ibérica. De la misma naturaleza son los restos que se encuentran en el comunero de Revenga, uno de los lugares emblemáticos de la zona en el que se cruzan los caminos de Quintanar, Canicosa y Regumiel y en el que además se puede visitar la casa de la madera, una moderna construcción que sirve como espacio multidisciplinar y que acoge exposiciones, talleres de formación y es la sede de la Asociación del Bosque Modelo de Urbión, así como un centro de recepción de visitantes. Mención especial tiene la necrópolis de Regumiel de la Sierra, recientemente recuperada y que se une a las icnitas de dinosaurio encontradas en este mismo municipio serrano.
Como destaca María José Santamaría, hay infinidad de recursos turísticos en todos y cada uno de los pueblos de la Alta Sierra de Pinares y destaca el Pino Roble de Canicosa, el robledal de la dehesa en Palacios, la antigua casa de Doña Lambra y Rui Velázquez en Vilviestre, la covacha de Santiuste o el árbol fósil de Castrillo de la Reina.
Precisamente en esta última localidad tiene lugar uno de los acontecimientos culturales de la provincia de Burgos, la representación de Los Siete Infantes de Lara que se representa a principios de agosto y que ya va por su XXVIII edición. En esta obra basada en el texto de ‘El bastardo Mudarra’ de Lope de Vega participan la práctica totalidad de los habitantes de la localidad y suele congregar a cerca de 1.200 visitantes en sus tres días de representaciones.
Cultura, historia y parajes escondidos de gran belleza. La Alta Sierra de Pinares da mucho juego en cualquier época del año y el visitante que llega, repite, porque siempre hay una sorpresa por descubrir y una ruta por explorar.