El Correo de Burgos

Poza de la Sal y la flor del almendro, un efímero espectáculo

Los almendros ya están en flor en Poza, donde nació Félix y la sal fue forma de vida durante siglos. La naturaleza y la historia esperan al visitante

La ruta de los almendros en flor realiza un recorrido de 4 kilómetros.  / ECB

La ruta de los almendros en flor realiza un recorrido de 4 kilómetros. / ECB

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Los almendros de Poza de la Sal sienten ya la llegada de la primavera y han decidido recibirla engalanando el paisaje en un despliegue vegetal que cada vez atrae a más turistas a esta localidad que reúne multitud de reclamos a los que en estas fechas pone la guinda con la floración.  

Poza es internacionalmente conocida por ser la localidad de nacimiento del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente y puerta de entrada a uno de los espacios naturales más valiosos de Castilla y León, los Montes Obarenes. Esa grandiosidad del medio natural impulsó los pasos del célebre naturalista y hoy se explica en una de las casas del parque más visitada de la red autonómica. Pero Poza es también muy conocida por sus famosas salinas, que le dan el apellido al pueblo. Su estado de conservación que permite una interesante visita y las ferias que se realizan para revivir la tradición salinera han impulsado el turismo estival al pueblo de Poza y a la comarca. 

Los primeros almendros brotaron la semana pasada, si bien se espera que lleguen a su máximo esplendor entre este fin de semana y el siguiente

Pero en lo que a la floración de los frutales, Poza se veía eclipsada por la efervescencia y abundancia de la comarca de las Caderechas donde a los manzanos en flor se suman los espectaculares cerezos. Por el clima y la altitud, además, florecen más tarde que en zonas tan concurridas como el Valle de Jerte, por lo que se benefician del turismo de fin de semana y de los visitantes de la Semana Santa, en función de como caigan las fechas.

Poza se suma a este espectáculo de la naturaleza con sus almendros que ya están en flor y hacen pasillo al turista que se quiera dar un paseo por los alrededores del pueblo. 

Los primeros almendros brotaron la semana pasada, si bien se espera que lleguen a su máximo esplendor entre este fin de semana y el siguiente. A partir de entonces y en función de la meteorología los árboles se mantendrán en flor de dos a tres semanas

Así, Poza de la Sal vuelve a vestirse de blanco con motivo de la floración de los cientos de almendros que rodean la localidad, un espectáculo efímero que nos brinda la naturaleza y anticipa la llegada de la primavera.

Poza se suma a este espectáculo de la naturaleza con sus almendros que ya están en flor

Desde la oficina de turismo del pueblo y el Ayuntamiento se detectó la llegada cada vez mayor de visitantes en estas fechas atraidos por este fenómeno natural por lo que se diseño de un recorrido de cuatro kilómetros apto para todo tipo de públicos que se estrenó el año pasado. Se puso en marcha a través del enlace a un código QR que permitía recorrer las zonas con mayor concentración de almendros en el entorno del pueblo. La acogida fue mayor de la esperada, hasta el punto de registrar cifras de visitantes equiparables a las de algunos días de verano. 

Para este año se ha diseñado una señalética integrada que permite seguir todo el recorrido sin la necesidad de emplear dispositivos digitales. Estas señales acompañan a las personas visitantes en este recorrido y, al igual que la flor del almendro, desaparecen una vez terminada la floración. Su diseño ha sido realizado por Afán Gráfico, una joven pareja que se ha instalado en el cercano Valle de las Caderechas. Además, se han programado visitas interpretadas los dos próximos domingos y durante la mañana del domingo 27 de febrero se contará con una amenización musical. 

La presencia de almendros en Poza de la Sal data de varias generaciones atrás, según explican en el pueblo. Habitualmente

se plantaban en las lindes de caminos y tierras de cultivo

para complementar el cultivo principal de propietario del terreno que, habitualmente era viñedo. Además, el hecho de que la maduración de la almendra tenga lugar en otoño, posibilitaba su recolecta al acabar la temporada de producción de sal, que tenía lugar en los meses estivales. Lo habitual es que se acercaran compradores desde La Rioja hasta Poza en busca de este producto, cuya transformación tenía lugar en aquellas tierras. 

Se ha señalizado un recorrido de cuatro kilómetros apto para todo tipo de públicos

Con el éxodo rural y el abandono de la agricultura, el cultivo de la almendra en Poza fue experimentado un paulatino retroceso, lo que se ha traducido en que el número de almendros en abandono sea cada vez mayor. Por ello, otro de los objetivos que se procuran a través de esta iniciativa es el volver a poner en valor el cultivo del almendro entre la población local.

La floración de los almendros coincide en Poza de la Sal no solo con la llegada de la primavera, sino con el inicio de la programación medioambiental que se dedica a la figura de Félix Rodríguez de la Fuente. De alguna forma, este despertar de la flor del almendro supone una llamada de atención, desde lo bello y lo efímero, a aspectos tales como el calentamiento global y sus consecuencias. Todo el mes de marzo el calendario pozano estará repleto de actividades medioambientales que arrancarán, precisamente, con una plantación de almendros el 5 de marzo.

De Poza a la comarca del Valle de las Caderechas, a poblaciones como Madrid, apenas hay un trayecto de 25 minutos en coche. Merece la pena desviarse y conocer este rincón del que surgen las cerezas del frío y las sabrosas manzanas reinetas, base de multitud de preparaciones en los restaurantes de la zona. La floración es más tardía que depende de la climatología de cada año pero, normalmente, se produce de mediados o finales de abril, aunque tampoco es raro tener que esperar a mayo.

Y la floración no es regular, se suele dar antes en unas zonas que en otras. Además obliga a moverse ya que no es posible ver todos los frutales del valle de un sólo vistazo, lo que al final es una bendición para el viajero que disfruta de la naturaleza ya que esta es una de las zonas verdes más atractivas de Burgos y es ideal para los amantes del senderismo.

 

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