AGRICULTURA
El sector del ajo sigue en racha
La escasez de la cosecha en China, país que representa el 80% de la producción mundial, beneficia a los productores con precios altos, demanda y una exportación en aumento / Castilla y León está en plena cosecha de siembra con las variedades autóctonas
El sector del ajo está viviendo una situación «irreconocible» gracias al ‘efecto chino’. Así lo reconoce Juan Martínez, secretario técnico de la Asociación Mesa Nacional del Ajo, que se refiere a un contexto «favorable» no solo a nivel productivo, «con cifras históricas» este año, más de 200.000 toneladas en España, sino también a los precios, por encima de la campaña anterior.China representa más del 80% de la producción y comercio mundial, por eso, la caída de producción en este país en más de un 15%, debido a las inclemencias meteorológicas, ha beneficiado a nuestros productores. No hay prácticamente oferta de producto chino en el mercado internacional, lo que está dando lugar también, según Martínez, a la «especulación» interna. Los grandes operadores en el país asiático han acaparado el producto y lo están almacenando, según los últimos datos, controlando la cuota de mercado. Una situación que, según el sector, puede ocasionarles «cuantiosas pérdidas».La realidad es que ante la escasez china, se abren nuevos mercados para el ajo español, sin olvidar también la bajada de producción en Francia. Destinos como Brasil, Taiwan y Sudáfrica están reclamando nuestros productos. De las 200.000 toneladas producidas en España, 100.000 se destinan actualmente a la Unión Europea, 50.000 a terceros países y el resto se queda en el mercado interior. Aún así somos un país deficitario que, como explican desde la Mesa Nacional del Ajo, importa unas 6.000 toneladas de ajo al año, aproximadamente. «El negocio para el sector del ajo está en la exportación ya que esos mercados pagan bien el producto de calidad», aseveran.En este sentido, el secretario técnico de la Mesa del Ajo subraya que las variedades más demandadas son las autóctonas, o lo que es lo mismo, el ajo blanco, en el caso de Castilla y León. La Comunidad ocupa el tercer lugar en el ranking nacional de productores después de Castilla-La Mancha y Andalucía, con 12.000 y 4.700 hectáreas respectivamente (20.500 en España). Los agricultores sembraron la campaña pasada cerca de 2.000 hectáreas en la Comunidad, cantidad que podrían incrementarse este año debido a los buenos precios. De ellas, 1.300 están en Valladolid, cerca de 400 en la provincia de Segovia y otras 200 en Zamora.Es tiempo de siembra y los agricultores están volcados en estos momentos en culminar estas labores agrícolas.Carlos Toral gestiona más de cien hectáreas en la zona de Portillo (Valladolid). Tras la siembra de los ciclos tempranos, el ajo spring, le toca el turno ahora al ajo blanco autóctono. Las circunstancias son favorables ya que se ha preparado «bien» el terreno. Como es habitual, las lluvias podrían alargar el periodo de siembra hasta los meses de diciembre o enero. Tras el ajo blanco convencional, llegará el morado, que se siembra menos en la región, en torno a las 200 hectáreas.
Carlos reconoce que el sector depende de las «inquietudes chinas» en este momento. Asegura que la producción está «muy controlada» en términos de calidad, lo que garantiza la trazabilidad y seguridad alimentaria al consumidor y, tambien, «un mayor coste» para los profesionales. A su juicio, el ajo es un cultivo «rentable», aunque también «muy exigente». Y se refiere en este caso al grado de mecanización «excesivamente sofisticada». Cree, además, que este es el motivo por el que ha conocido a «100 productores de ajo en la zona y ahora quedan apenas 10».El ajo es rentable y exigente si el agricultor quiere «calidad con cantidad», aseguran desde el sector. Carlos, de la SAT Toral, insiste en que el sector ha experimentado un cambio «abismal» en mejora genética en los últimos años, en términos de calidad y produción. Su empresa lleva años llevando a cabo estas mejoras. «Somos productores de semilla y consumidores directos», a través de la alianza que mantienen con otros socios de Castilla-La Mancha y Andalucía. «Liberar a la planta de virus aumenta directamente la producción». Este es el camino, afirma.El productor agradece que la tensión mundial se haya relajado debido a la caída de producción en el país asiático. Los precios son «remuneradores» y esto genera «ilusión» en el sector, como explica Óscar Cuéllar, presidente de la Asociación de Promoción del Ajo de Vallelado (Segovia), cuyos agricultores gestionan unas 500 hectáreas.Óscar admite que la coyuntura china ha hecho que los ajos «valgan dinero» y la gente está «ilusionada» Si tenemos en cuenta que producir un kilo de ajos le cuesta al profesional en torno a los 90 céntimos y un euro, y los precios en origen se sitúan en la horquilla de los 1, 30 y 1,40 euros, entenderemos esta confianza.En este sentido, el presidente de la Asociación recuerda que el año pasado la superficie de siembra subió un 20%. Este año no se atreve a aventurar ninguna cifra aún. Cuéllar apunta también a la mejora en las semillas y al trabajo realizado para «coger más kilos y tener menos costes», algo que considera «fundamental» para el sector.Entre los retos pendientes de un sector que ahora parece estar en racha, desde la Mesa Nacional del Ajo se apunta al ámbito comercial. Juan Martínez reconoce una importante mejora a nivel productivo y de rendimiento por hectárea, sin embargo lamenta que el sector esté «poco organizado». Y se apunta directamente a la necesidad de un sector «más profesional» de cara al futuro. Desde la Asociación Vallelado, su presidente coincide en que «hace falta más unión». Una organización que asegura existe en otras comunidades como La Mancha.El sector sabe que China despertará tarde y temprano si no hay un cambio de tendencia.