La falta de agua retrasa la nascencia del cereal de invierno

El clásico refrán ‘nunca llueve a gusto de todos’ se puede aplicar perfectamente a la sementera de los cereales de invierno que arrancó durante el mes de diciembre en la provincia de Burgos. La falta de agua marcó la tónica general al principio, y aunque después sí que se registraron precipitaciones el desequilibrio meteorológico ha acabado por imponerse para ofrecer resultados diferentes en cada comarca.Mientras en La Demanda o Arlanzón «no hace falta agua», el secretario provincial de UPA, Gabriel Delgado, asegura que ocurre todo lo contrario en Páramos o La Bureba. Coincide en su apreciación el presidente de Asaja Burgos, Santiago Carretón, quien confirma que los agricultores de ambas zonas permanecen «a la espera» de «lluvias o nieve» con el fin de consolidar la nascencia del cereal.Precisamente, la germinación de la semilla es el gran problema de una temporada de siembra que, no obstante, está siendo «más o menos buena», sostiene Delgado, sabedor de que esto es una «garantía» a la hora de subir el «primer escalón» de una campaña sobre la que nada se puede augurar por el momento en términos de producción o enfermedades.«Complicada». Así definen Delgado y Carretón la nascencia en términos generales dentro de la provincia. El presidente de Asaja, oriundo de la comarca de Pisuerga, da fe de ello y asevera que «se ha sembrado muy en seco». Como tantos otros agricultores, mira al cielo con la esperanza de que la lluvia haga acto de aparición. Sin embargo, no se muestra demasiado optimista al respecto dada la «previsión de un enero bastante seco».A la hora de trabajar la tierra durante la sementera, Delgado explica que en un primer momento el laboreo fue «mínimo», aunque posteriormente «se ha estado arando con laboreo tradicional» hasta «lo último», que fue el uso de vertederas.En lo que respecta a las heladas registradas a lo largo y ancho de la provincia durante los últimos días de diciembre y principios de enero, el secretario provincial de UPA asevera que «han sacudido a algunas plantas». Aún con todo, conviene recordar que las temperaturas bajo cero no afectan al cereal «cuando ha nacido».Malas hierbasA pesar de reconocer que «falta agua», el agricultor burebano y miembro del Comité Ejecutivo de Asaja Burgos, Ezequiel Soto, indica que en su caso la nascencia se ha dado «bastante bien» porque a pesar de la ausencia de lluvias «sí que hay humedad».Tal y como ha podido constatar, aunque «con las nieblas ha costado sembrar», a día de hoy ya ha nacido «todo el trigo», mientras que la cebada está a punto porque «a alguno todavía le falta». Eso sí, saldrá hacia adelante «con que llueva un poco».Así las cosas, considera que la «tónica general» en La Bureba es «buena». Eso sí, hay que tener en cuenta que se trata de una comarca muy extensa territorialmente hablando, y por tanto no se pueden generalizar los resultados de la sementera. Además, también entra en juego el método que se utilice para la sementera. Soto recurrió a la siembra directa a finales de octubre, porque «si llueve mucho no puedes hacerla y no orea la tierra».Ahora, este agricultor burebano espera «10 días buenos» en los que «no va a llover», ya que de lo contrario «no podemos tratar». En cuanto a la posible -y a veces temible- aparición de enfermedades dentro de unos meses no muestra atisbo de preocupación, ya que «la gente sabe lo que tiene que hacer».Su situación contrasta con la que atraviesa Diego Castrillo, un joven agricultor de La Bureba que no solo está viendo como se retrasa la nascencia de sus cultivos. Por si fuera poco, añade que aparte de que «no nacía ni la hierba», «tendremos problemas con las malas hierbas».Delgado: «se han reído a la cara de nuestra materia prima»«Los precios de nuestros productos bajan, pero el precio de las materias elaboradas no». Con esta lapidaria frase, el secretario general de UPA en Burgos,Gabriel Delgado, señala que «el tema de los precios es una vergüenza». Por citar un par de ejemplos y no extenderse demasiado -la lista sería interminable-, apunta a los piensos o los productos derivados del trigo, cuyo valor se mantiene intacto.«Se han reído a la cara de nuestra materia prima», advierte con el malestar de quien sabe a ciencia cierta que «están jugando con nuestros productos». Así las cosas, critica que este «desequilibrio total» siempre afecta a la parte más débil -y al mismo tiempo más indispensable y productiva- del eslabón agroalimentario, que trabaja con el mismo ahínco para que «la calidad siga siendo la misma».Por si fuera poco, Delgado también apunta que se está disparando el gasto en productos fitosanitarios, hasta el punto de que se ha visto incrementado en torno al 20%, lo que supone un handicap añadido contra el que nada se puede hacer.