Cerrar

AGRICULTURA

La comadreja, enemigo del topillo

Investigadores del CSIC evalúan el efecto de este carnívoro en la demografía de estos roedores con el reto de llevar al campo sueltas experimentales / Se trabaja actualmente con Grefa en un núcleo de cría en cautividad

Javier Viñuela, investigador del CSIC,y técnicos de Grefa realizan muestreos en el municipio palentino de Capillas, en Tierras de Campos.-BRÁGIMO

Publicado por
M. CALLEJA
Burgos

Creado:

Actualizado:

Las plagas de roedores son un grave problema para la producción agraria a nivel mundial. El topillo campesino (Microtus arvalis) está considerado incluso como la peor plaga agraria de vertebrados en Europa, lo que ha provocado que esta especie esté siendo objeto de un meticuloso control demográfico, como está ocurriendo en Castilla y León. El estudio financiado por el BBVA, y en el que participan actualmente investigadores del CSIC, pretende aportar información científica «clave» para promover un control integrado con base ecológica de las plagas de topillo campesino, que limite o elimine el uso de rodenticidas químicos en el campo.El estudio analiza, en una de sus tres líneas de trabajo, el papel de las comadrejas en la demografía de los topillos. Este mustélido es un cazador eficiente y uno de los peores enemigos de esta especie ya que, como explica Javier Viñuela, investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, IREC, ataca las madrigueras y se come las camadas de topillos. Los datos obtenidos hasta el momento confirman que comadreja y topillos tienen «ciclos acoplados», es decir, hay una asociación entre alta abundacia de topillos y la profusión de comadrejas. Es más, los datos del IREC subrayan que en Castilla y León, en áreas y años de alta densidad de topillos, se encuentra «la mayor densidad de comadrejas registrada en la Peninsula Ibérica».El estudio del BBVA pretende establecer el primer núcleo de cría en cautividad de comadrejas en el país como fuente de ejemplares para experimentos en campo. Los investigadores del CSIC llevan realizando trampeos desde el verano pasado en Castilla y León, concretamente en el municipio de Boada de Campos-Capillas (Palencia) y Villalar de los Comuneros (Valladolid). Se han capturado ya unas ochenta comadrejas, cuarenta de ellas el pasado año. Se les ha extraido muestras de ADN, y los investigadores están analizando los datos con el objetivo de tener un ciclo completo. Viñuela insiste en que si son capaces de lograr poblaciones estables de comadrejas, «esto puede favorecer también poblaciones estables de topillos».Los muestreos se van a repetir este año para comprobar la evolución demográfica de las comadrejas. El objetivo al tenerlas en cautividad es también recoger sus excrementos, algo que en el campo es prácticamente imposible ya que los esconden. Se trabaja bajo la hipótesis de que este carnívoro puede combatir al topillo no solo por la vía de la depredación directa, sino también por el «estrés» que provoca en el roedor. «La comadreja causa terror al topillo», lo que puede afectar a la cría y a su fertilidad, según los expertos.Si el programa de cría se desarrolla con éxito, el estudio llevado a cabo en la Comunidad contempla un primer experimento de suelta de las comadrejas en parcelas de alfalfa seleccionadas como experimentales y de control para comprobar si tiene efecto en la dispersión y crecimiento de las poblaciones de topillos. Para ello, como destaca Viñuela, es necesario establecer un pequeño núcleo con dos machos y cuatro hembras para producir unas diez o doce comadrejas al año. En estos momentos solo hay tres hembras en cautividad, lo que no permite aún llevar a cabo este experimento.De forma alternativa y complementaria se contempla colocar excrementos de la población de comadrejas obtenidas en cautividad en parcelas con presencia de topillos campesinos, pero no de comadrejas, para evaluar sus efectos sobre la evolución del topillo.Los investigadores insisten en que la aplicación de alternativas al control químico o al uso del fuego para controlar las plagas de topillos es «vital» para la conservación de la fauna en el medio agrario. Viñuela rechaza el uso de la bromadiolona, «un veneno prohibido», y advierte que quemar ahora solo supondrá «empujar los bichos al campo» y causar un daño «tremendo» a la fauna cinegética.El estudio del BBVA contempla, por otra parte, el análisis de la dispersión del topillo en carreteras y cunetas. Viñuela apunta en este caso al problema real: el origen y los focos. En este sentido, asegura que los focos «reales» de estas poblaciones se encuentran no tanto en los linderos, sino en cultivos «muy favorables» para estos roedores como las alfalfas, las leguminosas o las siembras directas.El trabajo de campo realizado hasta ahora constata además que, dependiendo del tipo de vía, ésta podría actuar como dispersión o barrera, como en el caso de las autovías. Los investigadores mantienen que el Duero ha funcionado como «barrera» en el proceso de colonización del topillo. Estos roedores se localizan a ambos lados, «pero sin mezclarse». El estudio consiste en diferentes muestreos en tres municipios de las provincias de Palencia, Zamora y Valladolid y análisis de ADN a los roedores capturados, para determinar marcadores de parentesco y otros parámetros.El investigador del CSIC valora el trabajo de la Junta y la apuesta de la administración por el control biológico del topillo y otras medidas alternativas, pero no comparte la aprobación del control químico en esta última plaga declarada en siete zonas de la Comunidad. Viñuela recuerda que el incremento de las poblaciones es «cíclico» y aboga por técnicas alternativas al veneno. De esta forma, pone de manifiesto que «la siembra directa es un problema para el control de esta plaga» del que, dice, deben concienciarse los agricultores. Para él, agricultura y topillos son «compatibles». «La solución pasa por que los profesionales lo asumen como un «fenómeno natural».