El Correo de Burgos

SORIA

Llegan los cultivos de altos vuelos

Codesian es una de las primeras empresas que apuesta por el uso de drones en sectores como la agricultura, la truficultura y la silvicultura, una opción para ahorrar costes y planificar

Uno de los pilotos de Codesian controla el vuelo del dron, que cuenta con un plan de vuelo y que está controlado por radiofrecuencia.-CEDIDA

Uno de los pilotos de Codesian controla el vuelo del dron, que cuenta con un plan de vuelo y que está controlado por radiofrecuencia.-CEDIDA

Publicado por
ANA p
Burgos

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La mayor innovación en sectores como el agrario, el trufero y el forestal llega con el uso de drones para la toma de datos e imágenes y el análisis de costes, principalmente. Esta herramienta está llamada a revolucionar los cultivos del siglo XXI y brinda una oportunidad a los profesionales del campo para reducir costes. David Francés, de la empresa soriana Codesian, sabe de qué hablamos.

Este joven informático ha apostado fuerte por el uso de drones en viñedos, explotaciones cerealistas y plantaciones truferas, entre otras posibilidades. Las razones que apunta son claras: «Tiene muchas posibilidades en el ámbito rural, medioambiental y agrario. Es muy interesante porque ofrece miles de posibilidades y en cualquier lugar. Y hay que tener en cuenta que toda innovación tiene que ser bienvenida».En agricultura, uno de los sectores en los que trabaja Codesian, «los drones nos ofrecen una vista privilegiada para analizar los cultivos y detectar posibles problemas, tratarlos y optimizar los costes de abonado, herbicidas, riegos...». Apoyados en estas máquinas que surcan el cielo, los técnicos realizan análisis especializados en cultivos de secano, plantaciones truferas, viñas, olivos, frutales... En el sector forestal, los drones permiten realizar inventariado y clasificación de especies en grandes superficies, con detección mediante cámaras multiespectrales del vigor y crecimiento, localización precoz de plagas para su tratamiento, cantidad de biomasa y zonas de limpia para evitar incendios forestales, producción estimada de CO2, ortofotos para la planificación forestal, inventariados cinegéticos y vigilancia.El plan de Codesian consiste en volar el dron sobre la explotación o el terreno, análisis de imágenes y datos recogidos para generar índices de estado, entrega de datos y propuesta de soluciones en un informe. David Francés explica que los drones se construyen en la propia empresa, con una impresora 3D y un programa de CAD. «Incluso hay piezas que tardan en imprimirse 40 horas», indica el informático destacando que este paso «permite mejorar el dron, su estructura interior, su peso, su resistencia...». Las máquinas se fabrican en materiales plásticos, que sean resistentes y que pesen poco. Posteriormente, se ensamblan las piezas según el diseño inicial para un determinado uso y va tomando forma.Los drones de Codesian, que vuelan tanto en al provincia de Soria como en otras provincias del país, tienen una envergadura de 1,80 metros y un peso de 5 kilos. La empresa cumple rigurosamente la normativa, ya que está dada de alta en AESA y cumple todos los requisitos exigidos por ley en aspectos como los seguros y los pilotos. Los drones alcanzan los 70 kilómetros por hora y una altitud de 120 metros, el tope legal. El dron tiene autonomía total y sigue un plan de vuelo, que se controla por ordenador (software de guiado y telemetría) y con radiofrecuencia. «Trabaja incluso a ocho kilómetros, regresa y aterriza para el cambio de tarjeta SD y de baterías y vuelve a volar de nuevo. Tiene hora y media de autonomía y cubre hasta 120 hectáreas por vuelo», concreta el responsable de la empresa.Los drones están equipados con cámaras especiales, dependiendo del trabajo que se realice. Las cámaras multiespectrales, explica David Francés, recogen datos y ofrecen índices de vegetación con el estado fitosanitario de las plantas, el vigor, el estrés hídrico, el riesgo de plagas, las malas hierbas... Además, se usan cámaras RGB para levantamientos topográficos (movimientos de tierras, cálculo de volúmenes de madera y de astillas...).«Los drones no son el futuro, son el presente para sectores como la agricultura y la hortofruticultura, porque nos ofrecen análisis muy precisos con el fin de reducir costes, que es lo que de verdad le interesa al agricultor de hoy en día», explica David Francés. La reducción de costes estaría en un 20% en agricultura de secano, de 10 euros por hectárea, para pasar a producir de 1.500 a 4.000 kilos al año. «Se ahorra en tratamientos fitosanitarios, porque el tratamiento es más limitado al observar las zonas que presentan malas hierbas, pero también supone menor gasto en gasóleo. Ahora mismo, el dron es la herramienta más potente de la agricultura de precisión», añade aconsejándolo a profesionales que busquen una mayor profesionalización y un mayor rendimiento.

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