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MUJER. Cilleruelo

«Nos aburren con burocracia»

Julia Quintana es agricultora y una de las pocas mujeres a cargo de una máquina seleccionadora de semillas / Responsable provincial de Fademur trabaja en varios proyectos con mujeres en el medio rural

Julia Quintana manipulando la máquina seleccionadora de semillas en su nave de Cilleruelo.-E.M.

Publicado por
MARISOL CALLEJA
Burgos

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Se define como agricultora, aunque su labor está relacionada directamente con la industria agrícola y los servicios al campo. Julia Quintana, natural de Cilleruelo de Abajo (Burgos) y de 56 años, es una de las pocas mujeres que maneja una seleccionadora de semillas en el medio rural. Un trabajo que va más allá de la titularidad de la máquina que le traspasó su padre, y que exige de una alta profesionalidad.Julia estudió administrativo y trabajó inicialmente fuera de su pueblo. Nunca pensó dedicarse a la agricultura, actividad que sí desarrolló su padre, aunque lo que tuvo muy claro también es que no quería estar muy lejos de su casa. De hecho, regresó a Cilleruelo, donde luego se casó.Aunque inicialmente gestionó una explotación familiar de vacuno de leche, las cosas no salieron bien. La seleccionadora de su padre estaba parada y los vecinos le pedían que la recuperase. Fue entonces cuando ella instó a su progenitor a que pusiera la máquina a su nombre, algo en lo que nunca había pensado antes. Reconoce que los inicios no fueron fáciles y que el primer año pudo «no hacer las cosas muy bien». A pesar de ello, esta emprendedora rural se enorgullece ahora de encargarse de todo «ella sola», una labor que incluye también resolver las pequeñas averías que puedan ir surgiendo antes de tirar de mecánico.El sector la ha recibido «bien», aunque, tras veinte años, no falta todavía quien sigue preguntando al entrar en la nave por «el jefe del negocio». Un jefe que en este caso es «jefa» y que reconoce que la crisis económica también ha afectado al campo. De esta forma, Julia explica que se siembra menos cereal por los royalty, y más girasol y leguminosas. Esta es al menos su percepción.La seleccionadora procesa y trata 8.000 kilos de semillas de cebada a la hora y 10.000 kilos de trigo. Lo ideal, asegura, es llegar a los dos millones de kilos en la campaña. La nueva máquina que ha renovado recientemente es más completa ya que cuenta con un sistema de aire que arrastra paja, polvo, simiente sin peso y es «más rápida». Además, el agricultor no tiene que estar pendiente de recoger las impurezas continuamente, ya que va a una tolba donde «se pone la pala y se hace sin trabajo».En estos momentos está finalizando la campaña para la siembra más tardía de guisante. La temporada «fuerte» volverá en verano de cara a la próxima sementera.

Mientras tanto, Julia sigue disfrutando de su pueblo, comprometida con el medio rural. Un compromiso que le ha llevado a ostentar la presidencia de Aura-Fademur Burgos. Cuando se le pregunta por la despoblación y las medidas para combatir la huída de los pueblos, lo tiene claro. En primer lugar, reconoce que «no todo el mundo tiene ilusión por emprender». Y cuando lo hace, denuncia, «le aburren con burocracia». De esta forma, cree que es difícil a veces plantearse inversiones en el medio rural. «La mitad del tiempo te lo pasas rellenando papeles». Por eso cree que es necesario que se pongan las cosas «más fáciles y se elimine burocracia».Algo que también ocurre, en su opinión, con la titularidad compartida. Una alternativa para la mujer que ve «bien», aunque insiste en que hay complicaciones.

Julia es combativa como lo ha demostrado recientemente manifestándose contra el cierre de la escuela de su pueblo, ahora solo con dos niños. De momento habrá curso y clases en Cilleruelo hasta junio. Después, se verá…Mientras el trabajo de la seleccionadora se da una pausa, Julia gestiona sus veinte hectáreas de secano y se ocupa de atender las labores como presidenta de Fademur. De hecho trabajan actualmente en varios proyectos de talleres con mujeres para el aprovechamiento de recursos de la zona. Curso de recuperación de la lana de oveja o del palo sarmiento como decoración vitivinícola. Además, desarrollan otros programas y cursos para hombres y mujeres de cata y poda de viñedo, siempre intentado atender las necesidades del mundo rural.Sobre los jóvenes y el futuro del campo es consciente de que muchas veces son los propios agricultores los que taponan este relevo ya que «no quieren soltar las tierras». Falta tierras para desarrollar la actividad y ayudas rápidas para poder arrancar, mantiene.