ENTREVISTA A UN CLÁSICO
Rosendo: "El 20-D va a pasar algo"
El rockero madrileño actúa en el Sant Jordi Club en el clímax de su gira 'Mentira me parece', tras más de dos años en la carretera
Con su último disco, el politizado 'Vergüenza torera' (2013), y la gira 'Mentira me parece', Rosendo vive una segunda juventud llenando recintos a diestro y siniestro. El itinerario le lleva de nuevo a Barcelona, este sábado en el Sant Jordi Club (21.00 horas), antes del punto y final, el próximo martes, en el Barclaycard Center, de Madrid. Cierra gira después de dos años y tres meses de recorrido. ¿Balance?
¡Que a la vejez, viruelas! (ríe) Esta gira me ha dado un subidón y ya no sé si me van a salir granos de la pubertad otra vez... ¿A qué atribuye que haya llegado más a la gente?
No lo sé, quizá es que no hay muchas cosas nuevas que llenen ese espacio. Yo estoy un poco mosqueado porque estamos trabajando mucho los viejos y poco los jóvenes. Artistas seguros.
Jóvenes, a un nivel potente, no hay muchos. Quizá la gente piensa que me retiro y viene a verme como despedida. No sé cómo interpretarlo. Estos días, Los Suaves están de despedida...
No es mi caso: yo quiero seguir toda la vida, mientras me aguanten los riñones. A Los Suaves los veo muy cercanos. Han marcado una época. ¿Entiende una decisión así, un retiro?
Sí. He visto grupos que han traspasado esa línea y se han cargado una historia empeñándose en alargarla. Miguel Ríos se plantó cuando se tenía que plantar. Yo por ahora sigo: me quitaré de en medio un año y compondré para un nuevo disco. Con Leño fue pionero de un rock urbano que constituye un fenómeno muy español.
Surgió cuando empezamos a decir cosas de aquí, a cantar en nuestro idioma y a nuestro aire. Yo no quería parecerme a nadie. Se creó un género con grupos de Madrid, Galicia... Gente que habíamos vivido la Transición, incluso el franquismo tardío. Leño fue contemporáneo del punk.
Éramos punkies con pelos largos. Para mí desde pequeñito los hippies eran un ideal y tengo un ramalazo de todo ello. Estuve en Ñu y José Carlos Molina es el punkie más punkie que ha habido en este país. Usted era más de Rory Gallagher que de Pink Floyd.
Sí, y seguí a The Police en su primera época, y a grupos The Clash, Sex Pistols, UK Subs... Eran cañeros, aunque musicalmente la mayoría dejaran mucho que desear. El disco ‘Vergüenza torera’ reflejaba indignación política. ¿Se siente escéptico o ilusionado ante el 20-D?
Yo creo que va a pasar algo. Tengo la sensación de que la gente se ha concienciado, sobre todo los jóvenes, que parecían adormecidos. Y que la situación aplastante de estos cuatro años con esa mayoría absoluta, haciendo lo que les ha dado la gana, ya no se va a repetir. ¿Es partidario de hacer público el voto?
No me importa decir que he votado al PSOE, a Izquierda Unida... Pero ahora no me quiero decantar. A la hora de trabajar no me gusta mezclar. Me considero de izquierdas. Punto.Hace un año nos dijo que estaba bastante harto de Madrid. ¿Ha cambiado esa sensación?
Madrid es difícil, es una ciudad controlada por la derecha franquista de toda la vida, pero por lo menos ahora hay un poco de espíritu de cambio, de renovación. Va a ser duro, va muy lento, pero se ha roto el estigma.