Ecuador de campaña: Movilizar el voto propio y seducir el ajeno
PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos redoblarán esfuerzos para inclinar la balanza de los indecisos
Los principales aspirantes a la Moncloa se preparan ya para apretar los dientes y hacer un sobreesfuerzo. Se vislumbra el final de fiesta. Se ha alcanzado el ecuador de campaña, la segunda en seis meses, y apostar por el nombre del presidente del Gobierno si gue siendo deporte de riesgo. Tras siete días de mitineo y protagonismo sin tregua en medios y redes sociales, los candidatos de PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos esgrimen constantemente cuestiones como la economía, la patria, la ideología, los recortes, los derechos sociales, la corrupción o el ataque al otro. Se buscará desesperadamente en la recta final combatir la abstención, movilizar al votante propio y seducir al ajeno.Catalunya ha tenido y tendrá su espacio electoral --preocupa en sus propias filas el uso que le está dando la andaluza Susana Díaz-- y hasta Venezuela y Grecia han encontrado un resquicio. De menos suerte han gozado hasta el momento asuntos de enjundia como laamenaza de 'Brexit' en Europa. E inexplicable a todas luces es que se hayan convertido en simples pinceladas discursivas la gestión de un drama como el de los refugiados o el terrorismo [“dominación por terror”, primera acepción según la RAE] machista, que no cesa.Entre lo que dicen y lo que callan, los candidatos van desvelado sus cartas para esta segunda partida. La primera se disputó el 20-D sin éxito. Se frustraron las expectativas de convertir en realidad el mandato de pacto que había llegado de las urnas. En la última semana el juego se ha abierto de nuevo. Y evoluciona.POPULARES vs CIUDADANOS
Precisamente de pactos (o de vetos) se ha hablado sin tregua en estas últimas jornadas. Especialmente desde el lunes, en que se celebró el debate a cuatro. “Si dejamos gobernar a la lista más votada, no habrá terceras elecciones”, sostuvo Mariano Rajoy en esa cita televisiva. Esa fue su posición en diciembre y la mantiene frente al 26-J. Le interesa: sigue como favorito en los sondeos, pero con el aviso de que necesitará aliados.Él adelanta que volverá a ofrecer a PSOE y Ciudadanos una gran coalición. Eso es lo que asevera en público, mientras incide en su veteranía frente al “caos” de lo nuevo para arengar las huestes populares y recuperar votantes prestados. Sobre todo a Albert Rivera, a quien los conservadores dicen ver flaquear.En privado, los colaboradores de Rajoy admiten que a lo que aspiran es a que los socialistas sufran el 'sorpasso' de Unidos Podemos y a que, desde la debilidad de un tercer puesto y un hipotético paso atrás de Pedro Sánchez, los más moderados del puño y la rosa defiendan una abstención que permita al PP repetir. Y condenen a Pablo Iglesias a la oposición.FUGA DE VOTOS 'NARANJAS'
Pero si los conservadores anhelan la marcha de Sánchez, Ciudadanos codicia la de Rajoy. Rivera aprovechó su paso por el foro Primera Plan@ de EL PERIÓDICO para marcar un punto de inflexión en su estrategia de ambigüedad. “Yo quiero un presidente que no le coja el teléfono a un delincuente y que no envíe mensajes a nadie en la cárcel [léase Luis Bárcenas]", sentenció.Por si quedaba duda, contestó con un rotundo “no” a las preguntas de si apoyaría en algún caso un gobierno de Rajoy o si, al menos, se abstendría para hacerlo posible. Ni una cosa ni la otra. ¿Por qué da este paso Ciudadanos? Parece que hay necesidad de endurecer el tono con el PP, a raíz de la corrupción, para evitar fuga de apoyos de última hora.ASEDIO AL PSOE
Los 'naranjas' también aprietan al PSOE para que defina su estrategia de pactos tras el 26-J. Sánchez, por su lado, aguanta una presión que también le llega desde Unidos Podemos, que le exige concreción. El PP, claro, ayuda en esta línea y arremete con ferocidad contra los morados, a sabiendas de que así infla sus expectativas y complica la vida a los socialistas.“Volveremos a intentar un gobierno del cambio”, se limita a responder Sánchez, sugiriendo que su único veto será otra vez paraPP e independentistas. Y que si supera a Pablo Iglesias en escaños (su equipo ya da por hecho que habrá ‘sorpasso’ en sufragios), les tenderá la mano de nuevo, como a C’s. Unidos Podemos replica que si el PSOE les supera, pactarán con ellos. Y exigen reciprocidad, pero obtienen silencio.La pugna en la izquierda por el voto progresista es tanemocional como encarnizada. Está por ver si aguanta el asedio el líder del PSOE, que apela a sus mayores, al "orgullo" de ser socialista. Y denuncia el supuesto travestismo ideológico de Iglesias por definirse como socialdemócrata y lanzar una OPA retórica a símbolos de otros. “Creo que [José Luis Rodríguez Zapatero] es el mejor presidente de la democracia”, llegó a decir el jefe de los morados.Según los sondeos, su estrategia funciona. Su unión con En Comù Podem y partidos como IU es rentable. Tiene verdaderas opciones de hacerse con el liderazgo de la izquierda. La clave: si los populares siguen arañando votos la próxima semana --en los restos que se reparten en provincias, de ahí el interés popular por el mundo rural y de tercera edad--, las posibilidades de Iglesias descienden. Sin embargo, la partida sigue abierta. Quedan siete días.