El Correo de Burgos

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AHORA QUE termina el año y estos días se tornan perfectos para hacer todo tipo de balances, he decidido que este pequeño espacio puede convertirse en el escaparate idóneo y en el altavoz de unos de ellos.

De un balance que da mucha vergüenza y mucho asco. De uno que habla de asesinadas y de muertas. No de fallecidas, que es diferente. Porque uno fallece sólo, sin ‘ayuda’ de nadie pero, asesinar y matar requiere de una mano ejecutora.

Este pasado lunes nos despertábamos con una jornada negra, un día ensombrecido con el manto de la muerte. Tres mujeres y un hombre eran asesinados víctimas de la violencia machista.

Hagamos balance. Cuarenta y ocho mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año, la mismas féminas que en 2013, a las que además hubo que sumar cinco niños.

Alarman las cifras. Cifras. Números. Porque en el fondo es lo que acaban siendo. Esa mujeres, dejan de serlo, dejan de existir y se convierten en cifras. Las convertimos en cifras y es lamentable. Son vidas, no simples números.

Aquí y allá sigue habiendo muertas porque la violencia contra la mujer no entiende de fronteras ni de edades. Lo peor es que esta situación se extiende cada vez más entre los jóvenes, incluso entre menores de edad.

De las 48 mujeres asesinadas el año pasado, trece tenían menos de 30 años y, de ellas, dos entre 17 y 18 años y una apenas 16.

Algo se está haciendo mal cuando en lugar de hablar de relaciones sanas, basadas en la confianza, el respeto mutuo y la igualdad, sigue habiendo chicas que creen que los celos son un maravilloso ‘síntoma de amor’ o que su novio tiene la potestad de decidir qué debe ponerse, cómo arreglarse o con quién debe y no debe entablar una relación de amistad o, simplemente, una conversación.

Familia, centros escolares y medios de comunicación somos las mejores herramientas para concienciar a los más jóvenes y ‘educarles’ en el respeto.

Deben comprender que el amor, si hiere, menosprecia, vigila, insulta, ataca o golpea no es amor. No lo es.

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