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QUEDAN MENOS de tres meses para las elecciones y ya se percibe el ambiente preelectoral en un año que va a ser agotador desde este punto de vista. Aunque también se presenta cada vez más interesante. Solo hace falta ver qué ha pasado en el seno de UPyd esta semana, donde en apenas unos días ha saltado por los aires la estabilidad de un partido con presencia en el Ayuntamiento y que tenía expectativas de seguir representado en las próximas elecciones.

También es muy interesante ver los pasos que va dando Imagina Burgos, que ya ha definido cómo se presentará a las elecciones y donde el concejal de IU Raúl Salinero quiere tener una presencia destacada. El candidato del PSOE, Daniel de la Rosa, sigue presentando las propuestas que incorporará al programa electoral. Y, mientras, el PP sigue esperando y esperando como si tuviera la sensación -o la encuesta- de que le siguen saliendo las cuentas para volver a gobernar.

Entretanto, con este clima preelectoral ya es inevitable que cualquier anuncio, avance o propuesta que se realice, venga de donde venga, conlleve cierta sospecha de ‘promesa’ electoral. Uno de los anuncios que se han escuchado estos días es el que tiene que ver con el fin de las restricciones en la iluminación de las calles que se han llevado a cabo en los últimos años. El hecho de que durante los últimos años se haya limitado la iluminación de la ciudad pone de manifiesto, por una parte, que el coste de la electricidad sigue siendo desorbitado, y que, a pesar de que el ministro del ramo haga unos esfuerzos pedagógicos enormes por explicar lo que no tiene explicación, no ha dejado de subir. Y el consumo se ha reducido.

Por otra parte, pone de relieve que antes se gestionó muy mal y no se buscó una manera de pagar menos. Y cuando digo antes, hablo de los ocho años anteriores al mandato actual, cuando había dinero, o al menos eso es lo que parecía, ya que ni se controlaba lo que tenían que pagar determinados inquilinos de locales municipales. Y en esto no solo tienen la culpa los responsables políticos de turno.

Las restricciones de la iluminación influyen también en la seguridad vial, sobre todo en estos días de invierno que ya está más cerca de acabar en los que se hacía de noche muy pronto y la visibilidad era casi nula en muchas calles. De paso, habría que peguntarle al ministro cuándo volverá la luz a esos tramos de la circunvalación o de la autovía de ronda.