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HAY QUIEN PREGUNTA, cuando surge una conversación sobre el tema de Atapuerca, qué es el edificio que está al lado del Museo de la Evolución Humana. El primero de los tres, el que está junto al colegio Jesús María, al lado del Museo de la Evolución y del Fórum. Cuando se responde que es el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), la cara del que ha planteado la pregunta a veces denota que se ha quedado igual que antes. No sabe de qué se le está hablando.Esta situación sería más fácil de evitar si a una pregunta sencilla, como la que plantea para qué sirve ese edificio y qué labor se desarrolla dentro, se pudiera responder también de forma simple y clara: Es el lugar que guarda los fósiles que se encuentran en los yacimientos de Atapuerca. El problema es que el Cenieh no alberga todos los restos que se encuentran en los yacimientos de Atapuerca. Buena parte de los fósiles andan dispersos en otros centros y universidades.Se van a cumplir seis años desde que se puso en funcionamiento una instalación que nacía para ser un referente en el ámbito de la investigación de la evolución humana, campo en el que Atapuerca es una pieza fundamental. Ha pasado un tiempo más que razonable para que esa agrupación de los fósiles ya se hubiera hecho efectiva. Más cuando ninguna de las personas con responsabilidad en esta cuestión haya dicho que esto no puede ser. Y más también cuando la normativa que lo regula así lo establece. No tiene sentido gastar millones de euros en una infraestructura concebida para un fin del que solo cumple una pequeña parte.Seguro que traer todos los fósiles al Cenieh conllevaría una inversión en personal y materiales que a lo mejor durante estos años de crisis no se ha podido hacer efectiva, aunque también es verdad que se podía haber realizado de otra manera. Hacerlo ahora sería una muy buena noticia, ya que dotaría de más contenido al tercero de los tres edificios del complejo de la Evolución. Y se apostaría por potenciar aún más un centro de referencia nacional y mundial en un campo, la investigación, al que siempre se acude como una de las bases sobre las que se deben realizar esfuerzos para garantizar el crecimiento de un país. Sin embargo, la realidad indica que no suele ser una prioridad.