100 días
EL PASADO domingo, la nueva corporación municipal cumplía 100 días en el Ayuntamiento de Burgos. Algo más de tres meses que se han visto interrumpidos por la fiestas patronales de la ciudad y por los vacaciones de verano pero que han servido para dilucidar las primeras intenciones, los primeros encontronazos y los primeros tropezones.
Comentaba el alcalde en este periódico que este inicio de legislatura ha estado marcado por los acuerdos y por el diálogo. En este punto a mi me entran las dudas, me gustaría pensar que ese consenso o al menos gran parte de los acuerdos tomados hasta el momento son fruto del trabajo en común y del entendimiento político. Sin embargo, las circunstancias me hacen pensar que la realidad es que el diálogo ha entrado en la casa consistorial por el devenir de las elecciones, porque los ciudadanos han decidido que no existan mayorías absolutas.
Con esto no quiero desmerecer todos los acuerdos alcanzados hasta el momento, entre ellos la creación de un parque de viviendas social, la reapertura de la escuela infantil Río Vena o el plan de acogida de refugiados sirios, sino que resulta frustrante pensar que sólo cuando desaparecen las mayorías absolutas entra el consenso por la puerta.
Deben saber, señores políticos, que la responsabilidad de ocupar un puesto en un Ayuntamiento, una Diputación o en cualquier tipo de ente administrativo nos les otorga el derecho de buscar el consenso con el resto de grupos políticos para desarrollar sus acciones sino que es una obligación tratar de encontrar el punto medio y el bien común.
Lo que nos ha dejado la historia política es que las mayorías absolutas desvirtúan el carácter participativo y consensual del que deben hacer bandera las administraciones. Y es que, las imposiciones nunca fueron bien recibidas. Es fundamental que la sociedad se mentalice de la importancia de contar con un Ayuntamiento de carácter propositivo y abierto a la discusión y al debate. Sólo de esta manera lograremos dinamizar la ciudad y dejar de lado las decisiones tomadas con carácter unilateral.
En cualquier caso, el futuro inmediato nos demostrará si verdaderamente la nueva realidad política sigue marcada por el diálogo ya que, en los próximos meses, el equipo de Gobierno deberá asumir uno de los retos más importantes con la elaboración del presupuesto de 2016. Veremos.