Cerrar

Creado:

Actualizado:

LA POLÍTICA tiene mucho de puesta en escena, de espectáculo, lo que hace que muchas veces -demasiadas, lamentablemente- se quede más con las formas que con el fondo. Aunque, bien pensado, las formas son en ocasiones una buena carga de profundidad que, sin querer, golpea la línea de flotación. Esta concepción de la política se ha podido ver en todo su esplendor durante la sesiones de la comisión de investigación de las dietas del concejal de Cultura, Fernando Gómez. El salón de Plenos se transformó en una sala de vistas de un juzgado, con una disposición prácticamente idéntica. Al frente de la sala, la presidenta haciendo las veces de jueza, a los lados los concejales del equipo de Gobierno y de la oposición haciendo de letrados de la defensa y de fiscales, a veces mezclando sus papeles por el tono y la intención de sus preguntas. Aunque seguro que si ha seguido la información de las sesiones se hace una idea de quién hacía de fiscal y quién de abogado de la defensa. Y en el centro de la sala, el asiento de la discordia. Para quien no haya estado en un juicio, este es el lugar en el que se sientan -aunque en algunos casos se hace de pie- los testigos, peritos y acusados para declarar. Y fue el asiento en el que no se quiso sentar Fernando Gómez. Sabía que era la imagen del día, la foto de portada, posiblemente, y se optó, equivocadamente, por dejar que se sentara en su bancada habitual en el Pleno. Esto supuso un agravio comparativo respecto al resto de políticos, técnicos y funcionarios que declararon sentados en ese asiento.Por otra parte, el más operativo para poder responder a las preguntas que iban realizando los corporativos. Y su presencia en ese asiento era justificada porque es a él al que se le ha acusado de un supuesto uso indebido de las dietas. Por eso es comprensible que hubiera algún técnico que se negara a declarar en esa silla y pidió hacerlo en ese lugar. A la escena que se ha podido ver esta semana, para que fuera como una sala de vistas, solo le faltaba el banquillo de los acusados.