Frente despoblada
CADA DÍA SE repite la rutina por la carretera del cementerio que tuerce por la curva hacia Avenida de la Industria dejando a la derecha las Terrazas donde a veces tomamos ese café. La segunda rotonda tocada por la cimentación que aguantará la estatua de Jesús Echevarrieta y que a vista de pájaro dibujaba una rosa de los vientos que corta la Calle Merindad de Sotoscueva. El pulmón de nuestra ciudad respira al ritmo pausado que lo hace la mar del cantábrico en las mareas. Está vivo y gracias a él competimos con industrias europeas a las que ganamos la mano día a día. Villalonquejar guarda el rumor de las máquinas que trabajan a turno de noche bajo las cubiertas de chapa y muros de hormigón en silencio contenido. Planta cara y rema contra corriente como un enjambre de calles. Condado de Treviño, López Bravo, Valle de Mena, Merindad Castilla la Vieja, Merindad de Ubierna, Montes de Oca, El Escudo, Montes Obarenes y alguna más, son por su forma, la Barcelona diagonal en Burgos con una retícula perfecta de naves grandes y pequeñas. Tejados de uralita o sándwich lacados. Bajo ellos se pliega chapa y fresan aceros indomables. Exportamos a todo el mundo sin que los burgaleses sepamos y agradezcamos el pequeño milagro de ser los mejores en nuestra comunidad autónoma. Talleres artesanos y fábricas que tienen los mejores robots donde multinacionales han invertido con buen ojo. No lloro por lo desvencijado de sus calles con baches y aceras donde los cardos avergüenzan la dejadez municipal. Lloro por su voz callada que se resigna a ganar el jornal con la humildad de un gigante con pies de barro. Cuando Villalonquejar habla lo hace en las tabernas con voz propia pero le falta un amplificador válido y consagrado que ponga la cara colorada a ladrones de guante blanco que roban su fuerza con malas artes. Valladolid está cerca y lejos según para qué cosa y en esto, ha clavado la daga en el corazón industrial de Burgos. El Parque de Proveedores estratégicamente correcto y políticamente consentido nos quitará la inercia y desnudará como a principiantes. Donde está nuestro Ayuntamiento, nuestra Cámara de Comercio y nuestra FAE unidos para poner la cara colorada a quienes consintieron de aquí y de allí que Tomás Villanueva hipnotizara a los tontos del culo que la vieron venir. Difícil lo tenemos para remar contra corriente. Recuerdo a Miguel Ángel Benavente plantando cara hace pocos meses al ínclito Consejero de Economía de Castilla y León quien luce frente despoblada y roba la cartera con su mirada.