El Correo de Burgos

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MÁS DE 100.000 alumnos de Castilla y León, Madrid, Galicia, La Rioja, Ceuta y Melilla realizaron ayer la evaluación final de sexto de Primaria, más conocida como reválida. Desde ayer y hasta mañana y dependiendo de las comunidades autónomas, estudiantes de entre 11 y 12 años deberán responder a preguntas sobre Comprensión Oral y Escrita, Idiomas, Matemáticas y Ciencia y Tecnología.

Una prueba que ha supuesto la animadversión de un amplio número de profesores y asociaciones de padres que han mostrado su rechazo a este examen, que, desde la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, aseguran sirve para desarrollar un diagnóstico que permita mejorar la calidad de la enseñanza.

La realidad es que varias han sido las regiones que se han negado a desarrollar esta prueba sin validez académica. Una prueba que se desarrolla a un mes escaso de que finalice el curso con lo que ello conlleva. Por un lado, se realiza en un momento de pleno apogeo académico y lo que eso significa en cuanto a trabajos, tareas y exámenes que deben realizar los más pequeños y, por otro, a falta de que los alumnos finalicen su formación académica, por lo que existe la posibilidad de que haya temarios o conceptos que los niños aún no hayan abordado.

Tenga o no tenga alguna utilidad esta prueba lo que se demuestra, una vez más, es que la Educación de este país camina en direcciones muy distintas y gira cual veleta soplada por el viento dependiendo de qué parte provengan las voces y de quién sea el partido que ocupa el Gobierno. Me sigue pareciendo un completo despropósito que en este país se cambie de ley educativa como el que se cambia de camiseta cada mañana, en base a si el Gobierno de turno está teñido de azul o de rojo.

La Educación es uno de los pilares fundamentales, en realidad, el pilar más importante de cualquier sociedad. La formación de quienes en unos años llevarán el peso laboral de este país- si la crisis se lo permite- debe ser la prioridad de todos pero especialmente de quienes tienen la infinita suerte de gobernarnos.

Un poquito de ‘Educación’, por favor.

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