Favores debidos
Las oscuraS relaciones entre los poderes fácticos contaminan buena parte de la vida cotidiana de una ciudad que todavía no ha logrado liberarse del yugo del miedo reverencial a las figuras e instituciones que, al menos en el imaginario colectivo, detentan el bastón de mando.
No se escapa de esta situación, que aparece como una densa niebla eterna que invade todos los escenarios posibles, el mundo del deporte local, donde una buena parte de los mandatarios de los clubes (salvo honrosas excepciones) terminan plegándose a los designios de un poder con vocación de omnímodo.
Ni siquiera el desembarco en las entidades de personas que tratan de derrocar un sistema que les parece injusto ha conseguido todavía cambiar el curso de los acontecimientos. Los mandatarios, temerosos de cabrear al jefe -el que les podría sepultar de un plumazo en el olvido si osan salirse del camino-, dan continuidad a la ceremonia de la genuflexión.
Tragan y esperan pacientes su oportunidad para sacar provecho de la situación cuando las cosas no pinten favorables a sus intereses compartidos.
El servilismo se acentúa con la llegada de cada verano. La configuración de las plantillas es un escenario pintiparado para saldar ‘deudas pendientes’. Favores de ida y vuelta. El clima perfecto y la tierra abonada previamente hacen brotar las semillas con celeridad, en muchos casos (en una de esas actuaciones insondables de la naturaleza) con la única ayuda de una llamada telefónica. Milagro.
Afortunadamente los clubes permanecen y los directivos van quedándose en el camino, más aún los que no han dejado atrás mas que un reguero de mediocridad deportiva. La pataleta es una alternativa. Yla queja. Pero como quienes han alcanzado la sabiduría y la paz de quien sabe que se encuentra en el final de sus días, cuando no deben rendir cuentas más que a su propia conciencia, buscaré una piedra en un promontorio y esperaré paciente, empapándome de sol, la llegada de un vendaval que barra toda esa costra de caspa y conformismo atroz que impiden un cambio de rumbo necesario.