El Correo de Burgos

Creado:

Actualizado:

Es verano, pero el pasado viernes estuve de procesión. No era religiosa, una de esas romerías de exaltación a alguno de los santos a los que se veneran en esta extensa provincia, sino que me la encontré en la carretera. Cuando circulo por la N-I me da la impresión de estar metida en una procesión. Lo digo por la cantidad de circulación y sobre todo por el rosario de camiones, da igual el sentido en el que circules, no te salvas del peregrinaje.

Hay otras nacionales en esta provincia, sí. Por cierto, que muchas de ellas esperando a convertirse algún día en autovías, pero esas otras carreteras no alcanzan ese nivel de tráfico. Por suerte.

Cuanta más circulación, las probabilidades de encontrarse con un accidente son más altas. Esta premisa se cumple, es una de esas verdades que son incontestables. Cuando andas, tropiezas. Y si andas mucho… pues ya sabes.

La N-I no aspira a convertirse en autovía como la N-120 o la N-627. Eso del desdoblamiento de los carriles entre Burgos y Miranda de Ebro ha sido en muchos momentos una aspiración ciudadana. Sobre todo se reclamaba antes de la crisis económica, aunque siempre la opción más sencilla para mejorar las vías de comunicación hacia el País Vasco, ha sido la de liberalizar la autopista. Para visibilizar estas reivindicaciones ahí está la Plataforma de la N-I. Incansable y especialmente beligerante este verano.

Cuantos más accidentes, cuantos más fallecidos, más concentraciones, más cortes de carretera para poner de relieve el problema. Y vaya mes de julio que se ha vivido en esta vía. Terrorífico. Cinco accidentes, cinco fallecidos y en todos ellos algún camión implicado. El pasado domingo en Pancorbo los representantes de la plataforma volvieron a sacar las cruces negras, esas que recuerdan que aquí falleció una persona. Alguien tiene que recordarlo, que mostrar esta situación para que la siguiente noticia no haga que olvidemos lo que está sucediendo a pocos kilómetros de nuestras casas. Fue el segundo corte de carretera en apenas ocho días y volvieron a escenificarse las reivindicaciones y se recordó  que medidas como las bonificaciones a vehículos pesados no funcionan. Los manifestantes recorrieron del desfiladero sin quitar la vista de la autopista. A pocos metros está la solución, una alternativa que, al menos, dé más seguridad a quien sale a la carretera sobre todo los que se la recorren para ganarse el pan. Como al andar se tropieza, no hay una solución que garantice la accidentalidad cero, pero al menos que permita dar más tranquilidad a los conductores.

Mientras se sigue esperando alguna medida por parte de quienes son capaces de pedirnos que votemos dos veces en un año y quién sabe si habrá una tercera, los usuarios de esta carretera siguen haciendo uso y sufriendo sus altos niveles de circulación. Este será un largo verano de procesiones.

tracking