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DICEN EN el PP que el Ministerio de Fomento está trabajando en una solución«rápida y factible» para la autopista AP-1, para el día después de la no renovación de la actual concesión de esta vía, que expira en noviembre de 2018. Hace ya tiempo que la palabra ‘liberalización’ ha desaparecido del discurso, lo que no invita a la esperanza. Más cuando aún está reciente el doloroso rescate de las autopistas radiales que vamos a pagar todos y que, me temo, está condicionando una decisión sobre el futuro de la autopista en la que se maneja «un abanico» de posibilidades. A estas alturas, lo único que garantiza el PP es que no se va a renovar la actual concesión y que la solución que se adopte siempre será«mirando el bolsillo de los burgaleses». ¿Quiere decir eso que los usuarios burgaleses no pagarán por una vía que podría seguir siendo de pago? Cuando dicen burgaleses, ¿se refieren a los que estén empadronados en la provincia? y ¿se puede articular legalmente que unos usuarios de una vía, por vivir en la zona de influencia, la usen gratis y otros no? Son preguntas especulativas porque no hay todavía certezas.Hasta se ha vuelto a sacar la posibilidad de la aplicar la euroviñeta, cuando siempre que se le ha preguntado a Fomento sobre esta cuestión su respuesta ha sido un ‘no’ rotundo. Si no, que les pregunten a los transportistas qué les parece el peaje que se quiere poner a los camiones a partir de 2018 en la N-I a su paso por Guipúzcoa. En una vía que es gratuita. Es evidente que cuando se acabe la concesión, será necesario hacer una adaptación de la vía, en la que, según explica el PP, se está trabajando en «ver nuevos accesos». Y como vayan al mismo ritmo que los proyectos de variantes de la N-I, la cosa va para largo. Todo eso, junto con el propio mantenimiento de la autopista, tiene un coste que, da toda la imprensión, lo vamos a pagar entre todos, por lo que mosquea que no se hable de liberalización y solo de final de la concesión.