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EL GOBIERNO ha dado un paso más para asumir la decisión de liberalizar la autopista de peaje AP-1, cuyo contrato de concesión termina el 30 de noviembre, con la decisión delConsejo de Ministros de dar el visto bueno a la licitación del contrato de conservación con el que se sustituirá la actual concesión. Un contrato del que dependerá el futuro de los 120 empleados que dependen de la concesionaria de la autopista y que, según apuntan desde el comité de empresa, no se podrán subrogar en su totalidad.Este es uno de los problemas a los que se enfrentará el Gobierno cuando saque a licitación el contrato de mantenimiento y conservación, que el ministro de Fomento, José Luis Ávalos, cifró en 5,8 millones anuales, que ascenderán a 7,2 en el año 2019. Obviamente, los representantes de los trabajadores defienden que se mantenga la concesión, aunque es evidente que ya no va a continuar. Por eso, es obligado que este daño colateral que conlleva la decisión adoptada por el Gobierno, que es adecuada porque es de interés general, traiga consigo que suponga el menor efecto en el empleo. Los representantes del comité de empresa indican que es «muy difícil» subrogar todos los empleos, así que se mirará con lupa lo que decida Fomento cuando saque adelante el concurso. El ministro de Fomento también puso de relieve también de nuevo que se mirará en qué estado dejará la vía la concesionaria cuando acabe el contrato a finales de noviembre, por lo que se hará un informe sobre la cuestión. Es cierto que la liberalización de la autopista AP-1 fue una de las primeras decisiones que adoptó el nuevo Gobierno.Como lo es que los pasos que se han dado en este sentido han sido rápidos. Queda pendiente, y es una cuestión que también se debe afrontar con prontitud, cómo se va adaptar la autopista a la nueva situación, con un lógico incremento de la circulación, especialmente de camiones pero también de vehículos. Las prórrogas que se fueron concediendo en las últimas décadas fueron también oportunidades perdidas para haber construido el tercer carril en todo el trazado de la autopista. Un tercer carril que, seguramente, se va a echar en falta cuando se libere. Como también será necesario pensar en habilitar una salida intermedia entre Rubena y Briviesca. Lo malo es que como vaya igual de deprisa que algunas variantes de la N-I, no veo buen pronóstico.