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POR FIN SE anuncia en boca del alcalde, reconocimiento y apoyo a los burgales@s que inviertan en mejorar sus edificios y viviendas con ahorro significativo en el gasto de calefacción y climatización. En la España de los españoles se preguntan la razón por la que nuestra ciudad es pionera en regeneración urbana con sistemas innovadores en medidas energéticas. Siempre digo que el fresco de Burgos nos ha hecho espabilar y comprobar que, al abrigar los edificios, el consumo se reduce a la mitad y evitamos contaminar de CO2 el cascarón que nos protege en el cielo. El cambio climático ha empezado y nuestros hij@s padecerán sus rigores. Industria, automóvil y ciudades, quemamos petróleo para vivar cada día. El tiempo se termina y no se sabe si llegaremos a tiempo de curar la herida en la bola azul. Por eso, quien tenga en sus manos cualquier herramienta para ello, que la use. Nuevas normativas miran de frente y a los ojos de ese gigante que devora el planeta. Industria menos contaminante será muy difícil. Automóviles eléctricos con pilas como las maquinillas de afeitar, empiezan a verse en las carreteras. Edificios ya construidos que colocan nuevas fachadas térmicas sobre las viejas, están a la orden del día y notan los resultados. Sus calderas de calefacción que prenden con gas natural, necesitan mucho menos tiempo para alcanzar la temperatura de confort porque el calor no se escapa por los muros exteriores. Se ve cómo los nuevos edificios, venden viviendas con calificación energética con la famosa “letra A”. de color verde como la manzana tentadora. Si algún edificio de los que ahora se ven en construcción en nuestra ciudadela, construye con una calificación energética inferior a la A o B, vive en la prehistoria y habla de quien lo construye. El mercado premia y castiga. Pero qué ocurrencia puede tener un ayuntamiento como el nuestro cuando dice que apoyará a quienes vayan por este, buen camino… Se quedará en promesa electoral o tendrá efectos reales que fomenten este tipo de cosas. Son muchas las maneras de ayudar a los esforzados usuarios que gastan en la mejora de la eficiencia energética en sus casas. Suelto ideas por si algún político quiere anotar en su chuleta de bolsillo. El ayuntamiento cobra más del 3 % en concepto de licencia en obras, que lo bajen el 1 % en estos casos. Los impuestos que recauda en conceptos de IBI, basuras, etc. que los rebajen a 1/3. Eso se llama apoyar y mojarse, sr. alcalde. Ojalá sea así y lo veamos pronto.