Fondo de armario
SI LEES ESTA columna de opinión, quiere decir que te has arriesgado a salir a la calle y comprar el Correo de Burgos, arropado dentro de El Mundo. Habrá sido difícil encontrar un quiosco o kiosco abierto. Lunes en el que, desde la ventana escucharemos las picazas que se posan en árboles callejeros y aceras. La ciudad de cada día está prohibida por culpa de un enemigo microscópico e invisible. Sabed también que este virus del siglo XXI no mata, roba salas de urgencias, ambulancias, y respiradores. Nos acorrala en nuestra propia casa y juega con ventaja desestabilizando el equilibrio que tan frágil se demuestra de todo aquello que teníamos pensado. Si te entra y mina, vete a urgencias ahora que hay sitio, de esto dan fe los ingresados en la UCI de nuestro hospital en Burgos. Gente atendida por estar muy afectados con edades a partir de los 40 años. Ojo que esto no es solo letal para octogenarios. Da igual de donde venga y como se haya fabricado, la bola azul se retroalimenta de bondades y miserias como esta. Pasará a la historia como la nueva peste que acorraló al mundo soberbio que un día subió a la luna. Estamos en manos de médic@s, enfermer@s, auliliar@s, celador@s y nuestro sentido común en saber protegernos. Ojalá este Gobierno de España hubiese tenido la decisión tomada un par de semanas antes. Gobierno de la nación, desbordado y acorralado por esta situación que se les viene grande, eso es lo peor de todo. No estamos preparados para una lección así, a ninguno de los niveles donde nos movemos. Las redes sociales inundan nuestros móviles con mensajes de mil voces. Optimismo y fatalidad se mezclan con información poco fiable que puede minar aún más nuestra voluntad, que aún no se ha puesto a prueba. Sólo llevamos un fin de semana escondidos. A partir de hoy, se nos hará eterno y puede que el pánico se filtre por rendijas y rejillas de fachadas. Malnacidos aquellos que aprovechen esto para dibujar fronteras entre ciudades, regiones y países. Me asusta al tiempo que escribo, escuchar al ministro Marlaska quien presume del mejor sistema hospitalario del mundo. Aprendiz de mago como los demás que conforman el mediocre gobierno de Pedro Sánchez. Fiemos el futuro a las fuerzas de seguridad también y a la solidaridad entre todos nosotr@s. En tanto dure la razzia, ordenemos nuestra mente y fondo de armario.