Estanislao Figueras
DURANTE LA Primera República española, un presidente que, posiblemente ya nadie recuerde, Estanislao Figueras, viendo que los líos, divisiones, crisis, proclamaciones y demás desatinos políticos, no dejaban margen al progreso, dimitió dejando una frase para la historia que define perfectamente su malestar. Mirando a los parlamentarios expresó «estoy hasta los cojones de todos nosotros». Esta magnífica frase resume el hartazgo con la situación política en los últimos años, con partidos que viven exclusivamente para ellos y para su mejor medranza política y personal, pretendiendo únicamente el poder, evidentemente con todas sus añadiduras: dinero, vida relajada a costa del erario público…
Recientemente el Partido Socialista Obrero Español y su comparsa, legalmente y con el ferviente e impagable apoyo de determinados diputados de Ciudadanos, ha presentado un ramo de mociones de censura para levantar del asiento a los presidentes de gobierno autonómico de Murcia, Madrid, Castilla y León…, casualmente todas ellas gobernadas por el PP. La respuesta ha sido inmediata. En Madrid la presidenta ha disuelto las Cortes autonómicas y en las otras, los grandes gurús del PP han salido despavoridos a ofrecer prebendas a los diputados díscolos de Ciudadanos que, a la espera de que comiencen las deserciones o la próxima explosión del Partido, parece haber sido suficiente para que las cosas aguanten como estaban. Las mociones y movimientos de silla han nacido en el peor momento, probablemente influidas por la oportunidad de la izquierda española para fraccionar el centro derecha y probablemente también porque Ciudadanos, atenazado por su complejo de no alcanzar los logros de Rivera o, su líder Arrimadas, llamada por la exigua posibilidad de alcanzar más poder, habrán visto una oportunidad de rozar el cielo con sus mínimos diez diputados en el Parlamento y se habrán tirado de cabeza al surco.
Pero eso no es el mundo real. Recordarles que estamos en medio de una pandemia en la que después de cerca de 100.000 muertos y más de 3 millones de contagiados, deberían estar a arreglar esta situación, evitar fallecimientos y contagios y mejorar la situación para los ciudadanos, pero sólo han visto la oportunidad de colarse y ponerse donde había otros. Es vergonzoso e imperdonable que los políticos, de cualquier partido, se limiten a hacer política de garaje sin buscar el bienestar común. Los votos y con ello el poder se ganan en las urnas, pero deben trabajárselos y así cada uno recaudará lo que haya devengado. Ahora bien, si no se ha devengado nada, utilizar una herramienta política como es la moción de censura para quitar a unos y meter a otros sin que eso redunde en beneficio alguno para la ciudadanía es una auténtica machada. Sin duda, D. Estanislao... ¡hasta los cojones!