Metaverso
EL METAVERSO SERÁ un inmenso espacio virtual trasmutado en un mundo social alternativo, donde cada uno tendrá su «avatar». Un lugar de lugares donde tu “alter ego” podrá hacer lo inimaginable.
Ya tuvimos la experiencia de Second Life (SL) que se puso de moda en el 2007 y fracasó debido a la ofuscada cantidad de espacios vacíos; uno se terminaba aburriendo pese a tantos estímulos.
Según dijo Miguel De Cervantes: “La abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo”
Parece ser que de la experiencia de aquella plataforma sirvió para confraternizar nuevas ideas. Aunque SL fracasase y pareciera algo esotérico, se pudo comprobar que miles de usuarios dedicaban una enorme cantidad de tiempo.
Ahora, el nuevo metaverso será lo más adicto posible. Como afirmó Margaret Thatcher: “La economía es el método, es el objeto de cambiar el corazón y el alma”.
El metaverso será el nuevo Zeitgeist (pronunciado /ˈt͡saɪ̯tˌgaɪ̯st/) es una palabra en alemán que puede traducirse al español como «espíritu del tiempo» o «espíritu de la época».
Los ciudadanos oscilamos entre exigir al estado y el sálvese quien pueda del comercio, pero, en medio de estas dos corrientes, surge el metaverso que te lo dará todo: ¿Será una realidad alternativa como lo fue la religión?
Una alteridad de la realidad, una utopía. Cuando hace más de una década hablé en las columnas de Second Life, yo mismo lo describí como el paraíso, un paraíso “Aaru” como el de los antiguos egipcios, y parecido al del Corán: donde no existía muerte, ni tiempo, ni maldad, y todo el mundo era joven feliz, guapo, hermoso y no existe la enfermedad. En resumidas cuentas era el sumun de lo ideal.
Cada vez es más difícil viajar y hay más precariedad por lo cual, el metaverso es un buen monumento para refugiarse. Un mundo paralelo, sin control de los Estados y con una legislación que fonanbuela en el alambre. Y, a fin de cuentas, un espacio con su moneda propia que beneficiará a los multimillonarios de siempre mientras estamos con los vestigios del pan y el circo.
Por cierto ya se han vendido cientos de parcelas virtuales en España (es el segundo país con más ventas).