El Correo de Burgos

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CUANDO el tiempo y la gestión se dedican a deconstruir y deshacer con el pretexto de modernizar y optimizar pero sin conseguirlo nunca, nos encontramos con el modelo que ha aplicado con fruición el partido Ciudadanos en su funesto paso por el Gobierno de la Comunidad y también en determinados ayuntamientos. Cuando en vez de avanzar se desmonta la maquinaria, se aparta al timonel y se enfrenta a la tripulación se roza el naufragio y hay que ponerse después a remar a toda prisa para llegar a la orilla. Que es lo que les toca hacer ahora a los responsables de la Sanidad pública en Castilla y León con el plan para reducir la lista de espera en 21 días en el próximo medio año. Esas tres semanas de espera que se ahorrarán los pacientes es una gota en un océano, pero la administración lo vende como un reto mayúsculo. Quizá porque conocen a fondo el destrozo de la etapa anterior en la que la consejería funcionó con criterios ideológicos, filias, fobias y purgas. Como la negativa al eminente oncólogo Carlos García Girón de atrasar su jubilación para seguir atendiendo a sus pacientes. Tuvo que ser un juez quien parase los pies a la consejera. Otro de esos criterios presuntamente de gestión sanitaria que tenían mucha más pinta de testaruda ojeriza que de defensa del paciente tuvo como al hospital San Juan de Dios de Burgos como diana de los desaciertos de la consejera y su paladín en Sacyl. El revuelo que se armó en la ciudad al conocerse los planes de Sacyl de romper el convenio con esta clínica de las de toda la vida fue mayúsculo. Casi insólito en esta ciudad que vive anestesiada ante los desfalcos que se le perpetran desde tantos frentes. Hubiera cerrado sus puertas y despedido a su personal sanitario de no ser por el adelanto electoral que decidió Alfonso Fernández Mañueco y que llevó al cese de la consejera de Ciudadanos y los altos cargos que nombró en Sacyl. Su sucesor en el puesto, el actual consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, tuvo como primera decisión de su mandato, en funciones hasta los comicios, recuperar la negociación con los Hermanos de San Juan de Dios para reactivar el convenio. Gracias a eso, Sanidad podrá aplicar en Burgos el plan de reducción de listas de espera en el HUBU, que es el hospital en el que los pacientes están obligados a aguardar por más tiempo a ser intervenidos. El plan contempla derivar operaciones quirúrgicas a la sanidad privada para descargar de trabajo al hospital de Burgos. Qué hubiera sido del HUBU en esta hoja de ruta contra la demora quirúrgica sin el respaldo de San Juan de Dios. Un fracaso. Con todo no es fácil volver al nivel no sólo anterior a la pandemia, sino al de gestión sanitaria previa a Ciudadanos. Ha sido dejar las riendas Cs y acabar las polémicas en el HUBU. Mano de santo que todo lo cura.

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