El Correo de Burgos

El gabinete

Fernando Pérez del Río

De las fiestas argentinas al triunfo de Milei

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Por motivos personales, paso períodos en Egipto. No sé si decir que vivo entre los dos países, pero se acerca. En 2023 fui testigo de la celebración de una enorme fiesta en El Cairo. Es revelador que la gente estuviera entusiasmada, se trataba de una glamurosa conmemoración organizada por la embajada argentina que celebraba su Día Nacional. Ese enorme evento se producía en uno de los mejores hoteles de El Cairo: el Four Seasons.

En ese hotel es donde, como ejemplo, se alojan los jeques del Golfo a los cuales les sobra muchísimo el dinero. La fiesta era enorme, podíamos encontrar la quintaesencia de los manjares, comida de primera a lo Masterchef Celebrity. Mucha gente incluso usaba sus influencias para poder acudir a tal evento. Un año más, la embajada celebraba su fascinante festejo pero, ¿cuánto costaba esa fiesta en aquel de súper hotel de lujo Four Seasons de El Cairo? ¿Y si lo multiplicamos por todas las fiestas de todas las embajadas argentinas del mundo? Un coste monumental.

En realidad, una institución como una embajada existe para representar a su pueblo pero en este caso, las embajadas argentinas están más lejos que yo del planeta Marte. Ustedes pueden pensar que es propio de las embajadas hacer dichas fiestas, pero la respuesta es que no. Las embajadas son más austeras y celebran los eventos, por lo general, en las propias sedes, residencias, etc.

Podemos también pensar que los argentinos se gastan el dinero en conmemoraciones fuera de su país y así nadie se entera del desmán económico. Pues mire usted, que sí nos enteramos.

Pues bien, quizá tras todos estos dispendios se entienda mejor lo que ha pasado en las elecciones argentinas y por qué la gente está harta, por qué la gente tiene que oír hablar de estas enormes fiestas a las que los propios argentinos no están invitados, más si cabe, cuando el país sufre una hiperinflación monumental, un paro desbocado y está al borde de la quiebra. Sencillamente, es algo inexplicable como lo público dilapida el dinero del erario público de esta forma. Y quizá entienda mejor -con este brevísimo ejemplo- el triunfo de Milei.

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