Migrantes en Burgos, pronto seremos minoría

LOS EXPERTOS en salud mental suelen recomendar a la mayoría de sus clientes cosas como: piensa en ti mismo, sé egoísta, primero dedícate a ti, etc… (recomendaciones a veces discutibles), pero la pregunta qué hoy nos convoca es: ¿Por qué se hacen masivamente estas recomendaciones solo individualmente y no se aplican tales sugerencias cuando se trata de una familia, grupo, o un país? El discurso parece bien contradictorio y vemos un evidente doble criterio, poner todos los límites necesarios como sujeto individual pero ninguno como país.

El 37% de los habitantes del África subsahariana y el 27% de los que viven en Oriente Próximo quiene venir a vivir a europa, Gallup (2023). Es decir, si los nigerianos son 224 millones, quieren venir 83 millones. La población extranjera crece 32 veces más rápido que la española. La población española aumenta 18.060 personas y la extranjera 580.574, El Mundo (2023).

Aceptamos a un amigo si este respeta nuestras creencias; en su conjunto, un país también debería pedir respeto a sus leyes, costumbres y normas, y si no fuera así, merced al principio de conservación, deberían ser rechazados amablemente. Debemos dejar claro aquí qué, la migración no solo es económica, -Japón es el país más envejecido del mundo y tiene cerradas sus puertas a la migración-. La migración es también una cuestión de valores y, la sociedad civil tenemos algo que decir frente a la irresponsabilidad de los políticos.

Hay que preguntarse, ¿qué ocurre si hay culturas que no aceptan nuestros valores, costumbres y leyes?, ¿qué ocurre si los migrantes no se integran y sólo forman gestos (quintacolumnistas) y solo compran en sus tiendas, y además hacen manifestaciones de intolerancia religiosa? ¿Qué ocurre sí se desprecian los valores europeos de tolerancia, democracia, libertad? ¿Qué ocurre si dicen que está justificada y permitida la violencia contra las mujeres?

El aumento de los migrantes en Burgos es espectacular, y muy muy pronto los burgaleses de toda la vida seremos minoría y los mitos cómo Prometeo dejarán de leerse. De la misma forma que un sujeto debe poner límites, una ciudad también debe protegerse, y, como decía el filósofo Gustavo Bueno hay que alejarse del pensamiento “Alicia” simplista, ingenuo y de pánfilos. Por cierto, nadie nos preguntó si queríamos una migración masiva.