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El gabinete

Fernando Pérez del Río

El dinero del Ministerio de Igualdad

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Cómo Vds, saben el Ministerio de Igualdad imparte cursos de igualdad de género por todo el mundo y a veces se realizan a través de las embajadas. Yo fui testigo de una de estas formaciones en El Cairo.

Para empezar, a las mujeres árabes se les regalaba la nada desdeñable cantidad de 200€ a cada una solo por asistir. Impartieron el curso dos profesoras de Canarias pagadas por el Ministerio de Igualdad. Sin tardar, las docentes españolas empezaron como un bisturí a hablar del patriarcado, que si los hombres van a prostitutas, que si el machismo, etc.

A mitad de la charla, como saliendo de un escondrijo, una mujer árabe levantó tímidamente la mano y preguntó: ¿Por qué ustedes hablan tan mal de los hombres? Seguidamente, otra mujer árabe alzó la mano y dijo algo así como: «Los hombres no son malos, son buenos…».

Después de la parte ‘teórica’ enfocada a la desunión, se puso la película 'Te doy mis ojos'. Como ustedes saben, es un filme de Icíar Bollaín, donde un hombre malísimo e irrecuperable y maltrata a su mujer muy sumisa, película asesorada por el psicólogo Enrique Echeburúa.

Algunas alumnas árabes pronto empezaron a dudar de las verdaderas intenciones del curso, puesto que -según ellas-, los personajes de la película parecían muy forzados, incluso ilógicos.

Otras no entendían cómo el modelo europeo de no-relación, donde no se tienen hijos y solo tienen mascotas, perros y gatos podía ser ningún ejemplo…

Después de la película hubo un debate y las mujeres, más o menos, llegaron a la misma conclusión: estaban sorprendidas de lo malos que son los hombres españoles, como si fuera algo estructural y como si en todo hombre hay un agresor…. Así que las mujeres musulmanas daban gracias a Alá de haberse casado con un musulmán y no con un español. Después de la formación, sentí que la gente me miraba mal por ser hombre y español.

Sin duda se ha roto el principio de conservación, es decir, cuando uno se autolesiona y se hace daño a uno mismo, en este caso, mis impuestos y mi esfuerzo es destinado a ir contra mí, esa fue mi conclusión.